Cuando hablamos de guerra comercial, lo cierto es que los más perjudicados suelen acabar siendo los fabricantes y los clientes, porque son los que terminan pagando cara la rivalidad que mantienen los países. Es lo que está ocurriendo entre Europa y Estados Unidos con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.
Con la política arancelaria con la que Trump castiga al acero y al aluminio europeos con tasas del 25%, Bruselas responderá en unas semanas con la subida de los derechos de importación a varios productos que llegan a nuestro continente desde el otro lado del charco.
La industria de la moto exige quedarse fuera

Esto afecta a marcas de todo tipo de sectores, pues encontramos como perjudicados a fabricantes de ropa como Levi’s, a productores de soja, y a los de diversos aparatos como estufas, hornos o neveras, entre otros. Pero hay algo que toca de lleno al sector de la movilidad, pues para las motos norteamericanas también habrá subida de aranceles.
Estos últimos, del 50% extra, se aplicarán a motos de más de 500 centímetros cúbicos o eléctricas equivalentes a partir del 1 de abril, mientras que el resto de cilindradas tendrán el mismo destino en la segunda fase, desde el 13 de abril.
Una maniobra por parte de Bruselas, que los fabricantes de motos europeos han criticado, pues dicen que la industria de las dos ruedas es ajena a esta tensión comercial entre los territorios, y que hay intereses comerciales por las dos partes.
Si Europa hace esto, es muy posible que Trump le devuelva la jugada en el sector de la moto, y eso será perjudicial para todos, pues afectará a negocios, clientes y empleos. Lo que pide la industria europea de la motocicleta es que se negocie este tipo de comercio, y no se incluya del mismo modo que en otras industrias.
Nadie gana en las guerras

Antonio Perlot, secretario general de la Asociación Europea de Fabricantes de Motocicletas (ACEM), sentencia que “como nadie gana en las guerras comerciales, pedimos encarecidamente que se vuelva a la razón y que ambas partes alcancen una solución justa".
Si todo sigue así, a Harley-Davidson y a su división de motos eléctricas LiveWire le va a tocar de lleno esta represalia europea en forma de aranceles, y la firma norteamericana no pasa precisamente por su mejor momento económico, por lo que esto sería muy negativo para su negociado.
No es el único fabricante, porque Zero Motorcycles también es norteamericano, y en realidad será negativo para cualquiera que pretenda comercializar sus motos en Europa y produzca en Estados Unidos.
Por no hablar del palo que podrían recibir las marcas europeas que exportan a Norteamérica cuando Donald Trump responda con nuevos aranceles, posiblemente también al sector de la moto, y de hecho ha prometido que no se quedará quieto ante las acciones de Bruselas.