Nadie puede negar que estamos ante un punto de inflexión en la industria de la automoción. El coche eléctrico ha irrumpido con fuerza en nuestras vidas y las marcas están tratando de ajustarse a esa nueva realidad. Sin embargo, no todas las estrategias son acertadas. Los cambios drásticos no han sentado bien a Ford. A pesar de que los americanos siguen incrementando sus ventas, estas están lejos de cumplir las expectativas. El negocio todavía no da beneficios y, para tratar de paliar las consecuencias, Ford hará otro cambio brusco y apostará por una receta que a Toyota le está dando muy buenos resultados.
Los plazos para la transición eléctrica son, a veces, demasiado repentinos. Transformar la industria y la mentalidad de los conductores requiere paciencia y un tiempo de concienciación y conversión. Pasar de la combustión a lo eléctrico sin abordar campos intermedios tiene sus dificultades. Toyota, con una serenidad pasmosa, sigue apostando por sus híbridos. Nadie puede negar que la estrategia le está siendo muy provechosa. Mes tras mes, sus modelos híbridos se sitúan entre los coches más vendidos de muchas regiones. A pesar de haber sido criticados por su lenta adopción de la electromovilidad, la frima nipona hoy vende más que nunca.
Tras acumular miles de millones en pérdidas, Ford apostará por la solución Toyota
En los últimos meses, la división de eléctricos de Ford, denominada Model e, ha sufrido importantes pérdidas. Por cada coche eléctrico que vende, la compañía pierden 36.000 dólares. Se estima que al cierre de 2023 el mercado eléctrico de los de Michigan sume pérdidas por valor de 4.500 millones de dólares. Jim Farley, CEO de Ford, ha reconocido que siguen siendo optimistas con respecto a su oferta eléctrica, es “un objetivo en movimiento”. Sin embargo, también han asegurado abiertamente que piensan rebajar algunas iniciativas de vehículos eléctricos.
John Lawler, director financiero de la compañía, se ha mostrado muy cauteloso con respecto a las inversiones en la división eléctrica. Ha reconocido abiertamente que Ford está “ralentizando varias inversiones”. Si bien podría parecer que los americanos quieren ahorrar unos pocos miles de dólares, la realidad indica que Ford va a recortar el presupuesto eléctrico en 12.000 millones de dólares. A pesar de que las cifras hablan por sí solas, el propio Lawler ha querido calmar las aguas con varios eufemismos como que están “cambiando el ritmo y el flujo de capital y capacidad”.
Ford quiere inclinarse al lado híbrido como puente entre los modelos térmicos y los 100% eléctricos. Una solución que, como reconoce Lawler, Ford no se ha tomado muy en serio. Frente a los eléctricos no consiguen despegar, los híbridos deberían dar a los americanos ese empujón electrificado que tanto necesitan. Mientras tanto, numerosos proyectos siguen sufriendo retrasos, como el del Ford Explorer europeo. El coche ya debería haberse lanzado al mercado, pero desde hace meses no sabemos absolutamente nada de él. La fecha de comercialización se ha pospuesto, aunque no será el único eléctrico que los americanos presentarán en 2024, el Ford Puma también hará acto de presencia.