General Motors (GM) ha cogido uno de sus vehículos más vendidos, una Chevrolet Silverado Heavy Duty, y la ha transformado en un vehículo militar híbrido con una tecnología poco frecuente en coches comerciales, pero no por ello menos interesante.
Se trata de un vehículo eléctrico de autonomía extendida (EREV), que también puede considerarse un híbrido en serie debido al funcionamiento de su propulsor.
Es un prototipo de GM Defense, una subsidiaria de General Motors, al que han llamado GM Next Gen Tactical Vehicle (Vehículo Táctico de Próxima Generación). Lo presentaron recientemente en el AUSA 2024, la reunión y exhibición anual de la Asociación del Ejército de Estados Unidos.
Este vehículo táctico militar está basado concretamente en la Chevrolet Silverado 2500HD ZR2, una pick-up robusta en todos los sentidos, perteneciente a la subfamilia más capaz de la gama Silverado. Un vehículo que, en su versión civil, es capaz de remolcar hasta 16.300 kilos en las versiones diésel. Una auténtica bestia.
Sin embargo, en lugar de utilizar un enorme motor V8, la GM Next Gen combina un motor turbodiésel Duramax de 2.8 litros con una batería de 12 módulos y dos motores eléctricos (uno en cada eje) para proporcionar tracción instantánea en las cuatro ruedas. Su funcionamiento en modo eléctrico lo hace más difícil de detectar por el enemigo.
Suponiendo que los módulos de esta batería sean los mismos de la batería Ultium que GM utiliza en sus eléctricos de uso civil, estamos hablando de una batería de 102 kWh de capacidad. Incluso en un vehículo blindado como este, la batería debería ofrecer alrededor de 200 kilómetros de autonomía por sí sola. Sin embargo, la autonomía no será un problema mientras haya gasóil en el depósito: el motor diésel se utiliza como generador, proporcionando electricidad para cargar la batería.
Este sistema tiene varias ventajas. Por un lado, ofrece más autonomía que un eléctrico puro, lo que permite aumentar la duración de la misión. Por otro, como sus motores propulsores son eléctricos, se puede mover en el campo de batalla en silencio. Esto reduce la huella térmica y acústica, haciendo que el vehículo sea más difícil de detectar. Una ventaja táctica incuestionable. El motor diésel sólo se enciende cuando sea estrictamente necesario para recargar la batería.
Además, este propulsor del GM Next Gen ofrece ventajas a nivel de mantenimiento y costes logísticos: la reducción del gasto de combustible, además del propio ahorro económico, permite reducir la logística de suministro. El vehículo se ofrece en configuraciones de dos, cuatro y seis asientos. Según General Motors, el vehículo se optimizará para soportar capacidades multi-propósito, incluyendo mando y control, contramedidas contra sistemas aéreos no tripulados, evacuación de heridos y otras misiones críticas.