Greenpeace, la conocida asociación ecologista, ha vuelto a poner el foco en los coches térmicos (también en los híbridos) y en sus respectivos combustibles. Su solución es clara para que estos reduzcan significativamente sus ventas y los clientes compren más coches eléctricos: más impuestos de matriculación para estos. Pero esto no es todo, ya que desde la famosa organización proponen nuevas formas de que las ventas de modelos térmicos se reduzcan en favor de los 100% eléctricos.
Según los cálculos presentados por la organización basándose en los datos de ventas y matriculaciones de 2023, la solución a todo pasa por implementar un nuevo impuesto a los coches de combustión. En sus cuentas, esto daría como resultado unos ingresos reales de 8.000 millones de euros a las arcas de los países miembros de la Unión Europea. Este total sería suficiente para financiar una ayuda a la compra de 1,8 millones de coches eléctricos, mediante el ingreso efectivo de 4.500 euros a cada cliente.
La solución de Greenpeace para el avance de la electrificación
Tal y como afirman desde varios medios alemanes, para la asociación, este es un impuesto ya existe en regiones europeas como Suecia, Países Bajos o Dinamarca, donde el coche eléctrico es una variante mecánica que ya es toda una realidad en sus cifras de matriculaciones.
“Cualquiera que compre un nuevo motor de combustión en países como Suecia, Países Bajos o Dinamarca, tiene que pagar impuestos altos, pues perjudican especialmente al clima. Los que quieran comprar un coche eléctrico tendrán impuestos muy bajos y el precio final será mucho más económico”, afirmó Marion Tiermann, experta en movilidad de Greenpeace.
Esta propuesta, aunque es extensible al resto de países miembros de la Unión Europea, Tiermann lo apuntó especialmente de cara al próximo gobierno que alcance la victoria en Alemania, pues recordemos que a finales del próximo mes de febrero habrá elecciones federales en el país. “El próximo gobierno federal podría utilizar estos ingresos adicionales para financiar completamente los vehículos eléctricos pequeños y así acelerar el cambio de los motores de combustión a los vehículos eléctricos”, afirmó la responsable de Greenpeace.
Ciertamente, la mayor caída en la venta de coches eléctricos en la región tuvo lugar desde el pasado mes de diciembre de 2023, cuando el nuevo gobierno federal alemán prescindió de las ayudas a la compra de estos, casi de un día para otro. Desde entonces, las matriculaciones de ‘cero emisiones’ se han estancado en toda la región, lo cual la mayoría achaca directamente a este suceso.
Del mismo modo, según la propuesta de Greenpeace, la mayor venta de coches eléctricos también ayudaría a eliminar los importantes gastos en multas a numerosas marcas, como Volkswagen, BMW o Mercedes. Los ejemplos propuestos por la organización son los siguientes: un Toyota Yaris híbrido pasaría a crecer su precio en 740 euros, mientras que un Volkswagen Tiguan diésel haría lo propio en 5.650 euros más. Un SUV deportivo de BMW, tipo X6 M, por ejemplo, elevaría su factura en 41.450 euros.
Desde la VDA (Asociación de la Industria del Automóvil, rechazaron esta propuesta de Greenpeace: “Un impuesto de matriculación no es ambientalmente conveniente ni tampoco ayuda a fortalecer la aceptación social de una movilidad climáticamente neutra. Más bien, amenaza con ser una carga más para los consumidores”, afirmó un portavoz de dicha asociación. Para conocer el resultado final de esta propuesta, habrá que esperar la llegada de un nuevo gobierno federal alemán, lo cual tendría lugar alrededor del próximo mes de marzo o abril.