La crisis de ventas de coches eléctricos en Europa ya no es un aviso del mercado, sino que está pasando factura en forma de cierres y pérdidas de puestos de trabajo. Desde los anuncios de despidos en las fábrica de Colonia de Ford -en la que se fabrica el Ford Explorer y el Capri-, al anuncio de los 54.000 despidos en los próximos años por parte de la industria de componentes. Pero la primera fábrica en cerrar en Europa pertenece al Grupo Volkswagen y es la de Audi en Bruselas, que cerrará sus puertas hoy viernes 28 de febrero.
La marca de los aros comunicó esta decisión a finales de octubre, fruto del descenso de ventas de coches eléctricos -Audi cerró 2024 con un descenso del 8% en las matriculaciones de estos coches-, de los costes de esta planta y de la falta de productividad de la misma que, pese a ser una de las más modernas del Grupo Volkswagen en Europa y tener capacidad para fabricar hasta 120.000 unidades anuales, desde 2022 tan sólo fabricaba un coche eléctrico: el Audi Q8 e-tron tanto en su versión SUV como en la SUV Coupé Sportback; pero del que nunca se produjeron más de 50.000 unidades anuales.
Un adiós a esta fábrica cargado de buenas intenciones, pero inservibles
El cierre de esta planta supone, de facto, el despido de sus 3.000 trabajadores. Y, por ello, tanto desde el Grupo Volkswagen como desde Audi -cuyo jefe de producción, Gerd Walker, la consideró como “la decisión más difícil” de su carrera profesional- se buscaron alternativas de todo tipo y se llegó a contactar con hasta 26 posibles inversores, fabricantes de comerciales incluidos.
Incluso desde los medios belgas se llegó a barajar la compra de esta fábrica por el fabricante de coches eléctricos chino NIO, pero NIO desmintió oficialmente la noticia y, finalmente, Audi y Volkswagen reconocieron que no habían encontrado ningún comprador ni “alternativas al cierre”.
Un cierre que podía haber ido acompañado del de hasta tres fábricas de Volkwagen en Alemania, pero que finalmente no serán necesario, tras el acuerdo de la marca alemana con sus sindicatos y su plan de recortes que, supondrá, entre otras cuestiones, llevarse la producción del Volkswagen Golf a México.
Una esperanza frente a los 3.000 despidos
Los sindicatos belgas, lógicamente, no están nada contentos con este cierre, y culpan tanto a Audi de “tener un modelo demasiado caro” y, también a la UE. En concreto, y tal y como señalan desde Automobile Prope, Jan Baetens, miembro del sindicato CSC, cree que Europa “hace que la gente compre coches eléctricos, mientras que la infraestructura para ellos aún no está lista”.
Aunque la planta de Bruselas cerrará sus puertas esta tarde, hasta 300 empleados de la misma seguirán trabajando en tareas administrativas y correspondientes al proceso de cierre durante varios meses.
Además, y tal como Audi prometió, los empleados serán “apoyados en su búsqueda de empleo”, algo para lo que la marca alemana ha organizado una feria de empleo que tendrá lugar el próximo mes de abril en Bruselas y para la que se prevé la asistencia de cerca de 70 empresas, que podrían ofrecer hasta 4.000 ofertas de empleo.