A finales de la primera década del siglo XXI, Volkswagen vivía uno de sus momentos más exitosos. El Volkswagen Golf era el compacto preferido por muchos, un modelo tan influyente que incluso marcas de lujo como BMW y Mercedes-Benz buscaron emularlo. Además, el Tiguan ganaba terreno en el creciente segmento de los SUV, aprovechando el camino que había abierto el Nissan Qashqai.
En su afán por ampliar su gama, Volkswagen se permitió fabricar vehículos emblemáticos como el Volkswagen Phaeton y el Touareg, este último posicionado como un SUV aspiracional. Fue una época dorada para la compañía, aunque posteriormente la marca enfrentó desafíos importantes tras el escándalo del ‘dieselgate’.
Volkswagen descubre los coches híbridos
Sin embargo, Volkswagen aún no había incursionado en el terreno de los vehículos híbridos, un segmento en el que Toyota comenzaba a liderar con gran éxito. La marca japonesa, con el Prius, no solo consiguió consolidar un símbolo de eficiencia, sino que también ganó popularidad en Estados Unidos, donde personajes influyentes, como actores y deportistas, lo adoptaron como una declaración de conciencia ambiental.
Toyota llevó esta tecnología a su marca de lujo, Lexus, desarrollando un sistema híbrido sobre un motor de seis cilindros en V que resultó ideal para modelos de mayor tamaño, como el Lexus RX.
Desde Europa, Volkswagen seguía de cerca los movimientos de Toyota y decidió experimentar con una mecánica híbrida basada en un motor V6 de 3.0 litros. Este sistema fue integrado en su SUV más grande, el Touareg, que presentó en su versión híbrida en el mercado. Aunque innovador y tecnológicamente avanzado, el Volkswagen Touareg Hybrid no obtuvo la acogida esperada, en gran parte debido a su precio, que era considerablemente más elevado que el del Lexus RX híbrido, una alternativa más asequible y respaldada por el compromiso de Toyota de expandir su oferta de vehículos híbridos.
El Touareg Hybrid contaba con un motor de gasolina 3.0 TSI, también usado en modelos de Porsche como el Panamera y el Cayenne, junto con un sistema eléctrico de 288 V y un motor eléctrico de 36,5 kW / 49 CV, alimentado por una batería de 1,7 kWh. Esta configuración permitía un consumo medio homologado de 7,9 litros en el ciclo NEDC y una aceleración de 0 a 100 km/h en 6,5 segundos, con una velocidad máxima de 245 km/h, gracias a sus 379 CV combinados.
A pesar de sus capacidades, la respuesta del mercado hacia el Touareg Hybrid fue moderada, lo que llevó a Volkswagen a reconsiderar sus estrategias en este ámbito. En cambio, Toyota persistió en su planteamiento hacia los híbridos convencionales, y su apuesta a largo plazo ha sido recompensada.
Actualmente, en el mercado español, los híbridos representan un volumen de ventas cercano al de los vehículos de gasolina, mientras que el diésel ha perdido protagonismo. Volkswagen y otras marcas europeas, como PSA (ahora Stellantis), apostaron finalmente por los híbridos enchufables, que también han crecido, aunque sin alcanzar el impacto de los híbridos convencionales de Toyota.
Hoy en día, encontrar un Volkswagen Touareg Hybrid de segunda mano es un reto, dada su baja disponibilidad y su tirada limitada. Las pocas unidades en el mercado suelen tener un kilometraje elevado y precios que superan los 20.000 euros.