El Hyperloop es un sistema de transporte de alta velocidad que fue propuesto por Elon Musk, CEO de Tesla, en 2013. En su la concepción original, consta de cápsulas que viajan a través de tubos de vacío, o con presión reducida, a velocidades muy altas, alcanzando velocidades de hasta 1.200 km/h. Para eliminar las pérdidas provocadas por el rozamiento y aumentar la eficiencia energética, las cápsulas flotan en el aire mediante un sistema de levitación magnética y se mueven mediante la propulsión eléctrica.
La idea que hay detrás de esta solución es crear un medio de transporte más rápido, eficiente y seguro que el convencional, reduciendo las emisiones de carbono. Ha sido descrita como una combinación entre un avión y un tren y está destinada principalmente al transporte de pasajeros.
Por ahora, la tecnología está en desarrollo y no ha sido implementada comercialmente. Varios son los proyectos que están en diferentes etapas de implementación y pruebas en todo el mundo, pero se espera que se necesiten varios años antes de que el sistema sea completamente funcional y operativo.
La solución suiza
Un proyecto que se está desarrollando en Suiza puede convertirse en el primero que demuestre su viabilidad técnica y comercial antes de que finalice esta década. Cargo Sous Terrain (CST) no es exactamente un concepto de Hyperloop. Su visión es algo diferente a la definición de Elon Musk, aunque se basa en principios similares.
El sistema CST se ciñe únicamente al transporte de mercancías, lo que simplificará mucho las cosas, pero es más complejo a nivel logístico, puesto que combina operaciones subterráneas y de superficie. Sin embargo, ambos tienen objetivos similares: el transporte rápido, eficiente, libre de emisiones y sostenible. Aunque es una iniciativa privada, Cargo Sous Terrain no es una pequeña empresa, sino una organización paraguas que reúne múltiples compañías suizas especializadas en diferentes campos.
Este complejo sistema logístico pretende conectar los principales centros del país, tanto subterráneos como terrestres. Esto implica el desarrollo de múltiples subproyectos al mismo tiempo. No se trata solo de desarrollar un nuevo tipo de vehículo, sino también de las ubicaciones de los centros de operaciones, la gestión de la energía, la construcción de túneles y la infraestructura de las tecnologías de información (TI) que controlarán todo el sistema.
Las cápsulas y los túneles
CST quiere sustituir los camiones y trenes por cápsulas de carga. Se trata de unos vehículos diminutos y totalmente autónomos destinados a operar las 24 horas y capaces de alcanzar velocidades de hasta 30 km/h. El movimiento se logra gracias a un sistema similar a una cinta transportadora. Alimentadas por unos rieles de inducción, las cápsulas, sin conductor, transportarían uno o dos palets que cargarán y descargarán también de manera autónoma.
Los ascensores verticales especiales permitirán que las cápsulas pasen de las operaciones de carga en superficie en los centros logísticos designados a los túneles subterráneos. Por ellos se transportan las mercancías (incluidos productos alimenticios frescos) hasta los centros de destino. En este sistema de carga, los proveedores no entregan sus mercancías individualmente. Mediante la llamada micro distribución se preparan con anticipación y se coordinan para que todo el proceso sea rápido y eficiente.
CST espera aliviar drásticamente la carga del transporte de mercancías por ferrocarril y por carretera. Afirma que podrían reducir el transporte pesado de mercancías en las carreteras de Suiza hasta en un 40%. Además, la empresa suiza garantiza el uso de fuentes de energía 100% renovables.
Viabilidad y puesta en marcha
A diferencia de proyectos similares, como los de movilidad de pasajeros tipo Hyperloop, CST asegura que el proyecto se basa en las necesidades reales de los usuarios y los requisitos del mercado, como se deduce del estudio de viabilidad detallado que se ha realizado. En otras palabras, no es solo una iniciativa conceptual atractiva, sino un proyecto que está listo para ser implementado.
CST tiene un plazo relativamente optimista para la puesta en marcha de la fase inicial de este sistema de carga a gran escala. En 2031 espera inaugurar el primer tramo de la red, conectando Härkingen-Niederbipp con Zúrich, que incluye 70 km de túneles y diez centros o puntos de conexión a lo largo del recorrido.
A partir de ahí, se irá ampliando paulatinamente a otros centros del país. En su estado final, en 2045 será una red con un total de 500 km que conectará el lago de Constanza y el lago de Ginebra.
El coste total del proyecto se estima en aproximadamente 33.000 millones de euros, de los que 3.000 millones de euros son los necesarios para poner en marcha la primera sección. El dinero no provendrá de fondos gubernamentales, sino exclusivamente de inversión privada.
A principios de este mes, se presentaba la Asociación Internacional Hyperloop, formada por una serie de empresas europeas con sede en Bruselas, Bélgica, que actuará como intermediario entre la industria, la Comisión Europea y el Parlamento Europeo para el desarrollo de este sistema en Europa. El presidente de la nueva organización, Ben Paczek, ha declarado que los principales desarrollos en este sector llegarán antes de lo esperado, durante los próximos meses.
CST no es uno de los miembros fundadores de esta nueva Asociación y todavía no ha comenzado a construir sus primeros túneles. A pesar de ello, este podría ser el proyecto relacionado con Hyperloop más avanzado en Europa, en lo que respecta a la implementación. Puede que no sea tan llamativo como las cápsulas Hyperloop futuristas, pero podría cambiar el transporte de carga para siempre.