Una de las mayores complicaciones y frustraciones a la hora de utilizar un coche eléctrico es la recarga. Si bien la infraestructura, según el país en el que nos encontremos, todavía no está lo suficientemente extendida, hay problemas adicionales para muchos conductores que está suponiendo un pequeño caos en algunas instalaciones. La falta de regularización y estandarización tiene que ser corregida por los proveedores de servicios como Tesla. Los americanos ya han anunciado que por fin están poniendo remedio a uno de los problemas más típicos de sus instalaciones de carga rápida. Los Supercharger se están actualizando.
No es ningún secreto que la red de Superchargers de Tesla se ha convertido en el estándar de referencia a la hora de hablar de carga rápida. La compañía de Elon Musk lleva años liderando no sólo la venta de coches eléctricos, también la infraestructura de carga necesaria y obligatoria que los acompaña. Sus puntos son reconocidos por todo el mundo como los mejores, tanto en potencia como en fiabilidad y estabilidad. A lo largo de los años los ingenieros de Tesla han ido aumentando las capacidades y cualidades de sus estaciones. Estaciones que desde hace un tiempo están abiertas a otros fabricantes, lo que ha provocado situaciones un poco caóticas. El precio es de lo más competitivo.
Cables más largos para así evitar problemas en las estaciones de carga rápida
En una maniobra tan generosa como económicamente interesante, Tesla decidió abrir sus puntos de carga al resto de usuarios de un coche eléctrico. Los supercharger, hasta entonces exclusivos para los vehículos de Tesla, hoy reciben la visita de miles de coches extraños a la compañía. En Estados Unidos tal es su dominio que la industria ha adoptado de forma oficiosa el sistema de carga NACS de Tesla como el estándar de carga para todos los vehículos eléctricos que habitan en el país. En Europa, sin embargo, la regulación obliga a utilizar el sistema de carga CCS como sistema de carga general. Todos los vehículos vienen adaptados a él.
A pesar de esta mínima estandarización, todavía hay muchos pasos que completar para que el procedimiento de carga se normalice. Como por ejemplo las plataformas de pago y gestión o la ubicación de las bocas de carga en los vehículos. Hoy, en función del coche, se pueden localizar desde el morro a la trasera, pasando por las aletas delanteras. El hecho de no concretar un punto preciso, como sí pasa con los coches de combustión, ha obligado a Tesla a reacondicionar sus puntos de carga rápida para que así no se vivan momentos de tensión e incómodos para sus usuarios. Hoy, algunos de ellos tienen que ocupar varias plazas para poder cargar.
Tesla ha reconocido ahora que está aumentando la longitud de los cables de carga en sus nuevos postes V4 para así evitar complicaciones a los usuarios. A lo largo de los próximos 18 meses habrá más Supercargadores con cables largos que cortos. El objetivo es que nunca ningún vehículo tenga que ocupar más de dos espacios de carga para cargar. Desde Tesla están presionando para que los fabricantes ubiquen sus puntos de carga en la parte trasera del vehículo, sin importar el lado, lo que según ellos permitirá una compatibilidad perfecta con las más de 30.000 estaciones de carga repartidas por el mundo. Está claro que la industria necesita estandarizar el proceso de carga para así facilitar la vida a sus usuarios.