Los coches eléctricos son cada vez más comunes en las carreteras y poco a poco van ganando popularidad. Sin embargo, en términos generales todavía hay muchas personas y conductores que tienen un gran desconocimiento sobre este tipo de automóviles, lo que da lugar a todo tipo de bulos y fake news sobre ellos.
Estos son algunos de los más comunes que inundan la red, y la explicación por la que no son ciertos.

Los coches eléctricos tienen poca autonomía
Es algo que en origen sí que era verdad. Los vehículos de baterías presentaban autonomías muy pequeñas que se quedaban muy cortas si se comparaban con los kilómetros que se podían hacer con un depósito de gasolina (o, sobre todo, con uno de diésel) en un coche equivalente.
Sin embargo, es uno de los aspectos en los que la industria se ha esforzado más, así que la evolución en este campo ha sido más que notable. A día de hoy es fácil encontrar utilitarios que ronden los 400 km de autonomía, mientras que en segmentos superiores es bastante habitual que se homologuen hasta 600 o 700 km.
Es cierto que sigue habiendo ejemplos con autonomías más contenidas, pero últimamente están reservados solo a los modelos urbanos.
Se tarda mucho en recargar un coche eléctrico
De nuevo, una afirmación que originalmente era cierta, pero que ya no lo es. Comparativamente, recargar un VE es más lento que repostar un depósito de combustible, pero la diferencial abismal que había entre ambas acciones hasta hace no mucho ya no es tal.
La industria también ha puesto especial énfasis en este aspecto y los modelos que se lanzan al mercado soportan cada vez mayores potencias en corriente continua. Ya no se trata solo de vehículos premium o de gama superior, incluso automóviles generalistas soportan velocidades que acortan los tiempos de recarga considerablemente.
El mejor ejemplo es el de BYD, que este 2025 ha presentado una batería que puede añadir 400 kilómetros de autonomía extra en tan solo 5 minutos.

Los costes asociados a los coches eléctricos son más altos
Esta afirmación general engloba varios aspectos que hay que analizar de manera individual. Por un lado, está lo relativo al precio de compra; por otro, los costes de mantenimiento y la combinación de ambos lleva a la amortización del vehículo.
Empezando por lo primero: sí, los coches eléctricos son más caros que un coche de combustión o híbrido equivalente. Sus tarifas son más elevadas o, si son más parejas, suelen tener limitaciones (ya sea de potencia o de autonomía) respecto a sus pares.
Sin embargo, eso no significa que no haya coches eléctricos baratos. La oferta cada vez es más amplia y, aunque en los modelos más asequibles la tarifa baja va acompañada de las mencionadas limitaciones, en el mercado ya hay una gama media que ofrece un buen equilibrio entre precio y prestaciones.
En segundo lugar, los coches eléctricos juegan a su favor con unos costes de mantenimiento más bajos que los que tienen otros tipos de sistema de propulsión. Su mecánica es más sencilla y tiene menos piezas que reparar, a lo que suma que no necesitan ciertas operaciones que otros automóviles sí, como los cambios de aceite, además de que el reemplazo de las pastillas de freno, gracias a la frenada regenerativa, se realiza cada más tiempo.
Esto lleva a la cuestión de la amortización: ¿cuánto hay que conducir un coche eléctrico para que su compra merezca la pena? Según la OCU, un EV que se carga en casa permite ahorrar unos 9.000 euros por cada 100.000 km en combustible, así que es sencillo realizar los cálculos.
Las baterías de los coches eléctricos se degradan rápido
La batería de un eléctrico, como la que emplean otros dispositivos como los teléfonos móviles, está desarrollada para soportar una serie de ciclos de carga y descarga. Conforme estos van pasando, su química interna se va degradando y pierde de manera progresiva parte de su capacidad de almacenamiento de energía, lo que lleva a que la autonomía del automóvil sea cada vez menor.
Sin embargo, este proceso es paulatino y se produce con el paso de mucho tiempo. La mayoría de los fabricantes ofrecen la garantía de que sus baterías solo habrán perdido el 25% de su capacidad a los 8 años o tras haber recorrido 160.000 km.
Los coches eléctricos se incendian más que los demás
Posiblemente el tema más candente sobre los coches eléctricos en la actualidad. La aparición de varios casos de incendios de coches eléctricos en un periodo de tiempo bastante concentrado ha llevado a pensar que estos automóviles son más propensos a este tipo de sucesos que los de combustión o los híbridos. Sin embargo, es todo lo contrario.
Según estudios, las posibilidades de que un eléctrico se incendie son 10 veces inferiores a que ocurra con un gasolina o un diésel. Lo que sí es cierto es que, en caso de suceder, extinguirlo es mucho más difícil.