No hay duda del cambio de rumbo que ha dado la industria en los últimos cinco años. Todos los fabricantes han acelerado sus planes de electrificación. Los objetivos están encima de la mesa, pero no todas las marcas evolucionan al mismo ritmo. Europa está decidida a deshacerse de los coches de combustión, Estados Unidos podría tomar el mismo rumbo, China ha tomado la delantera en la senda eléctrica y Japón parece totalmente dormido. Una batalla en cuatro frentes que en 2022 ha dejado líderes y derrotados según un informe internacional.
El Consejo Internacional del Transporte Limpio (ICCT), elabora anualmente un reporte sobre el estado de la transición a la movilidad eléctrica. Un informe conocido mundialmente como The Global Automaker Rating. Durante todo el año recopilan datos, informaciones, agendas y proyectos de todos los fabricantes del mundo con el fin de generar una tabla de valoración que mide el grado de actuación de los grandes fabricantes con respecto al despliegue de vehículos eléctricos. Durante los últimos años, Tesla ha sido la empresa más destacada del panorama internacional, pero este año se ha presentado una importante competencia.
BYD ya no es un extraño fabricante a escala local. Los chinos han dado un paso hacia delante y lo han hecho con un potencial que ha cogido a muchos por sorpresa. El propio Elon Musk ha reconocido el trabajo. En apenas unos años ha pasado de reírse de ellos a temerlos. En China ya son el mayor fabricante de coches eléctricos y a escala global son los segundos tras los de Austin. Su evolución parece imparable y no resulta nada extraño encontrarlos en la segunda posición de las marcas que más han hecho por acomodar la transición al coche eléctrico. Así lo reconoce el ICCT en su informe anual.
Tesla y BYD lideran la industria y, tras ellas, encontramos otras empresas importantes como BMW, Volkswagen, Stellantis, Geely, Renault y Mercedes-Benz, aunque a una escala mucho menor. Si bien Tesla recibe una valoración de 83 puntos sobre 100 posibles, un gigante de la industria como Mercedes, con una extensa gama de productos eléctricos, apenas recoge 44 puntos sobre 100 posibles en el análisis. El Consejo Internacional del Transporte Limpio los castiga por sus bajas ventas, aunque reconoce la buena labor de sus coches y, sobre todo, los objetivos a largo plazo. Sin embargo, los alemanes han tenido que recortar las expectativas porque las cifras no cumplen con lo esperado.
En la lista de compañías en transición encontramos a otros nombres ilustres como Ford, Hyundai, KIA, General Motors, SAIC, Great Wall y Chang’an (China). Si seguimos bajando, nos adentramos en la zona abisal de la industria de transición con las marcas japonesas. El ICCT no se ha dejado ni un sólo fabricante japonés en el tintero: Toyota, Honda, Nissan, Mazda y Suzuki, junto con la india Tata, son los fabricantes de automóviles que menos están haciendo en la transición de la movilidad eléctrica. Algo que tampoco debería cogernos por sorpresa.
La mentalidad japonesa es la que es. Toyota es el mayor fabricante de coches del mundo, pero su estrategia eléctrica está tardando en materializarse. En cierto modo, los japoneses se han visto obligados a rotar hacia el coche eléctrico, aunque todavía son reacios a ello. En Japón consideran que la movilidad eléctrica todavía está verde y que no supone ninguna ventaja significativa con respecto a los coches híbridos. Sólo el tiempo dirá qué camino ha sido el elegido, pero está claro que en la actualidad Tesla es la compañía a batir. Sus coches lideran las tablas de ventas y nada parece indicar que la tendencia vaya a cambiar pronto.