Karma Automotive ha publicado de manera oficial algunas fotografías de su plataforma E-Flex, un chasis altamente versátil que se adapta a múltiples tipos de vehículos eléctricos. Con el objetivo de reducir el coste de desarrollo de nuevos modelos con tecnología totalmente eléctrica (BEV) y de eléctricos con autonomía extendida (EREV), Karma pone a disposición de otros fabricantes una base sobre la que distribuir sus propios componentes y elaborar un diseño personalizado.
El fabricante de vehículos Fisker tuvo que declarar la bancarrota en 2014 tras una corta existencia en la que no pudo hacer frente a las exigencias de la industria de la automoción. Su fundador, Henrik Fisker, se adentró en el segmento de los vehículos eléctricos cuando lanzó en 2011 Karma, construida a partir los restos de Fisker con el apoyo del grupo chino Wanxiang, que se hizo con la compañía por una suma de alrededor de 150 millones de dólares.
La diversificación de sus líneas de negocio va más allá de fabricar sus propios coches eléctricos, sino de convertirse en un desarrollador que colabore con otros fabricantes en las etapas iniciales, las más costosas. Karma ofrece sus recursos de diseño, ingeniería, tecnología y fabricación a los fabricantes de equipos originales, startups y socios con ideas afines que deseen acelerar el desarrollo de productos o añadir los servicios de diseño y tecnología de Karma, líderes en la industria. La empresa ha invertido mucho tiempo y mucho dinero en estos desarrollos. En este sentido, la compañía, consciente del incremento de demanda de vehículos eléctricos en la próxima década, cree que tiene mucho sentido vender esta tecnología. El chasis que presenta la compañía reducirá el tiempo y el coste de desarrollo de otros fabricantes, sobre todo aquellos que tienen menos recursos para invertir en I+D.
La plataforma E-Flex de Karma admite diferentes baterías y sistemas de tracción eléctrico.
El coste que implica desarrollar, probar, certificar y construir una nueva plataforma es en muchos casos prohibitivo, "la inversión puede elevarse a miles de millones de dólares por cada fabricante", afirma Karma. Implementando sus modelos sobre la plataforma E-Flex, "los fabricantes podrán ingresar rápidamente en el mercado de vehículos eléctricos con un coste de desarrollo sustancialmente reducido". Además, permite implementar sistemas de conducción autónoma, inteligencia artificial y soluciones avanzadas de transporte.
La arquitectura E-Flex, emplea el habitual formato tipo patinete. Según el director de operaciones de la compañía, Kevin Pavlov, "puede formatearse para cinco productos diferentes y permite hasta 22 configuraciones posibles que cubren diversas variantes de empaquetamiento para la batería y diferentes sistemas de accionamiento eléctrico". En este sentido a partir de ella se pueden crear desde modelos de formato tradicional, como berlinas y SUV, hasta furgonetas de reparto y superdeportivos eléctricos.
En relación con los superdeportivos eléctricos, esta plataforma es la base del SC2 Concept, presentado en el AutoMobility LA del año pasado declarando unos impresionantes 1100 CV de potencia y una aceleración de y avanza de 0 a 100 km/h (60 mph) de menos de 1,9 segundos.