La normativa europea sobre emisiones está impulsando la electrificación en el sector del automóvil. Sin embargo, factores el marketing, las regulaciones locales y las exigencias de los grupos de presión en las instituciones reguladoras están generando incertidumbre sobre las capacidades reales de las diferentes tecnologías.
Ordenadas de mayor a menor grado de electrificación estas son las tecnologías que se comercializan: en el nivel más alto se encuentran los eléctricos puros (BEV) a los que se suman los de pila de combustible de hidrógeno (FCEV), básicamente coches eléctricos en los que la batería que alimenta el motor se sustituye por una pila de combustible. Les siguen los híbridos enchufables (PHEV) y los eléctricos de autonomía extendida (EREV), que a menudo se agrupan, aunque no son lo mismo. En el escalón más bajo están los híbridos completos o híbridos eléctricos (HEV) y los híbridos suaves de 48 voltios (MHEV). Son precisamente estos dos últimos los que crean mayores confusiones.
Para qué sirve realmente cada tecnología
Un coche híbrido HEV (Hybrid Electric Vehicle) funciona combinando dos tipos de motores: uno de combustión interna (normalmente de gasolina) y uno o más motores eléctricos. Al arrancar y a bajas velocidades es el motor eléctrico el que impulsa el coche aprovechando la energía almacenada en la batería. Esto hace que el vehículo sea más eficiente y silencioso en tráfico urbano.
A medida que el coche acelera o circula a una velocidad mayor, el motor de combustión entra en acción para proporcionar la potencia necesaria. Ambos motores pueden trabajar de forma conjunta en ciertos momentos, lo que mejora el rendimiento y la eficiencia.
Durante el frenado o la desaceleración, el sistema híbrido convierte la energía cinética en electricidad a través del frenado regenerativo. Esta energía se almacena en la batería y se utiliza posteriormente para alimentar el motor. Cuando el coche está detenido, el motor de combustión se apaga para ahorrar combustible y es el eléctrico el que mantiene los sistemas en funcionamiento y permite reiniciar la marcha sin consumir combustible.
Los sistemas HEV gestionan de manera automática el uso de ambos motores, alternando entre uno y otro o utilizándolos juntos según las necesidades de conducción, lo que maximiza la eficiencia del combustible y reduce las emisiones.
Un híbrido de 48 voltios es básicamente un vehículo con un motor de combustión interna que trabaja junto a un motor eléctrico y una batería, normalmente de menos de 1 kWh, todo a ese voltaje, para aumentar la eficiencia y disminuir las emisiones. Utiliza un motor de combustión tradicional y un generador de arranque por correa (BSG), que juega un papel crucial al funcionar como motor de arranque y generador de electricidad. Además, recupera la energía cinética durante la frenada y desaceleración para recargar una batería de 48 voltios.
Este sistema ayuda al arrancar y acelerar, cuando más energía se precisa, reduciendo, teóricamente, el consumo. El sistema, en algunos casos, alimenta servicios secundarios: iluminación, suspensión, compresores sustituyendo al de 12 voltios que emplean los vehículos no electrificados.
Las etiquetas de la DGT: ¿qué me compro?
Salvo excepciones, los micro híbridos no pueden circular impulsados por su pequeño motor eléctrico ya que no es capaz de mover el vehículo por sí mismo. Por lo tanto la reducción del consumo es mínima. Aunque técnicamente son híbridos, dependen del motor de combustión.
Sin embargo, los híbridos de Toyota, de Hyundai o de Renault sí pueden circular en modo eléctrico en ciudad, reduciendo el consumo de gasolina y las emisiones. En condiciones reales, los micro híbridos ofrecen pocas ventajas en consumo y emiten más contaminantes que los híbridos eléctricos.
Esta es, por lo tanto la gran diferencia técnica entre ambas tecnologías que implica, lógicamente una diferencia en su precio. Para una misma categoría y equipamiento, un HEV será más caro que un MHEV.
Ante esta realidad tecnológica, y aunque los micro híbridos ofrecen pocas ventajas reales en términos de reducción de consumo y emisiones, la DGT les otorgó la etiqueta ECO sin considerar sus niveles de emisiones. Esto ha permitido que muchos compradores adquieran vehículos con etiqueta ECO por un precio similar al de un coche de combustión. Los HEV reducen el consumo y las emisiones en la ciudad. Los MHEV solo dan acceso a la etiqueta de la DGT
Por lo tanto, frente a un HEV, un MHEV solo aporta el acceso a esa etiqueta pagando menos dinero. Si la normativa cambia algún día, será una tecnología que tenderá a desaparecer.