Cambiar de coche es una decisión complicada, mucho más en estos momentos de incertidumbre sobre cómo se afrontará la transición hacia la movilidad eléctrica por parte de los fabricantes, que a su vez están pendientes de las decisiones por parte de los gobernantes mundiales.
Un nuevo informe realizado por la empresa Ipsos, experta en tendencias e investigación de mercado, en colaboración con Sofinco, arroja los resultados de la encuesta que han realizado en España, y que muestra las preferencias de los conductores en cuanto a su próxima compra de automóvil se refiere.
Los coches híbridos son los preferidos
En la consulta, hay un 29% de personas que seguirán apostado por la combustión pura, concretamente por los automóviles con motores de gasolina tradicionales. Es prácticamente el mismo porcentaje que aquellos que comprarían un coche híbrido nuevo si tuvieran que realizar una compra en los próximos meses.
Un 28%, que se suma al 16% que preferiría un híbrido enchufable, y al 15% que optaría por un vehículo con tecnología híbrida del mercado de segunda mano. En total, estamos hablando de un 59% de los encuestados a favor de un modelo parcialmente electrificado y, por tanto, con etiqueta Eco o Cero de la Dirección General de Tráfico.
Por su parte, los coches eléctricos sólo convencen a un 14% por de los españoles, según el informe, mientras que los restantes, un porcentaje mucho más bajo, apostaría por automóviles con sistema de propulsión que utilicen el hidrógeno, el GLP, o el GNC.
Así las cosas, más de 7 de cada 10 conductores estarían dispuestos a cambiar su coche actual por uno que tenga etiqueta Eco o Cero, mientras que los modelos de combustión sin ningún tipo de apoyo eléctrico (o que no utilicen combustibles alternativos) están perdiendo tirón en la decisión de compra de los usuarios.
Las barreras que tiene todavía el coche 100% eléctrico
Un detalle importante de la encuesta de Ipsos y que habla de las barreras todavía existentes en el paso definitivo a los coches eléctricos, es que los conductores todavía ven la tecnología cero emisiones especialmente cara (un 63%) y echan en falta una cantidad de puntos de recarga suficientes como para confiar en la movilidad cero emisiones (el 53%).
No es lo único que hace que no se decanten por los vehículos cero emisiones, sino que la tercera razón con más peso es la complejidad de tener que instalar una toma de carga en el domicilio (49%), el desconocimiento sobre cómo van a evolucionar las estaciones de recarga públicas (44%), la incertidumbre sobre la capacidad de la infraestructura para cumplir con la posible demanda de energía (23%) y el riesgo de incendio de los coches eléctricos (16%).