El momento de cambiar los neumáticos es uno de los más importantes en lo que se refiere a la vida útil de un vehículo y al coste total de su mantenimiento. Habitualmente, supone un gran desembolso de dinero por lo que escoger bien los que se van a poner para los próximos años es muy importante. La elección de un neumático de repuesto es crucial, especialmente para los vehículos eléctricos, ya que su rendimiento y eficiencia energética influyen significativamente en la autonomía del vehículo.
Los SUV son el tipo de vehículo más vendido en el mercado. Es la elección preferida por la mayoría de los compradores. Su oferta ha crecido en los últimos años y, entre ellos, los de los segmentos pequeño y compacto como el Hyundai Kona, el Kia Niro, el MG ZS, el Nissan Juke, el Seat Ateca o el Skoda Karoq son los más demandados. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha realizado un estudio para comprobar que marca de neumáticos es más seguro calzar en este segmento tan importante.
La seguridad por encima de todo
En el mercado ya existen neumáticos diseñados específicamente para vehículos eléctricos que suelen ser versiones modificadas de los modelos estándar de una marca, optimizados para ofrecer menos resistencia a la rodadura. Están hechos a medida para soportar vehículos que son más pesados, potentes y silenciosos en comparación con los que tienen motores de combustión.
La OCU ha realizado un análisis de 16 neumáticos de la categoría 215/55 R17, habitual en los SUV compactos y pequeños. La conclusión más importante que se obtiene de esta prueba es que la diferencia en la distancia de frenado en suelo mojado entre las distintas marcas que ofrecen este producto es de hasta 7 metros lo que puede representar la diferencia entre chocar o no con el vehículo de delante o evitar un atropello.
En concreto, señala que frente a un neumático como el Continental Premium Contact 7 que es capaz de frenar en apenas 35,4 metros circulando a 100 km/h sobre suelo seco, el Semperit Speed-Life 3 necesita 40,9 metros. Es decir, 5,5 metros más de distancia. Las prestaciones disminuyen si el suelo está mojado.
Con el coche circulando más lentamente, a 80 km/h, el mejor modelo vuelve a ser el Continental, que necesita algo más de 28 metros, mientras que el peor, en este caso el Goodride Solmax 1, precisa 35 metros, 7 metros más.
La durabilidad y eficiencia de los neumáticos, a prueba
La OCU señala que las diferencias de duración entre neumáticos de la misma categoría son también llamativas. Entre 27.200 km de vida útil del Vredestein Ultrac y los 69.300 km del Kumho Ecsta, es decir, hasta 42.100 km más de rodadura. En este sentido, afirma que es importante valorar este dato dado que el coste medio de algunos neumáticos supera los 100 euros la unidad.
Otro aspecto menos conocido que resalta es la eficiencia de la rodadura, que depende tanto del material con el que está fabricado como de su dibujo. Así, indica que, teniendo en cuenta el precio de las ruedas, el consumo de combustible y la duración, el ahorro entre el mejor y el peor para los cuatro neumáticos supera los 500 euros cada 50.000 km.
Conclusiones: qué neumáticos comprar
Finalmente, la OCU destaca dos modelos como los mejores entre los analizados. Por un lado, el neumático Continental Premium Contact 7, cuyo precio oscila entre 139 y 177 euros, tiene una distancia de frenado en seco a 100 km/h de 35 metros y en mojado a 80 km/h de 28 metros. Destaca a favor del producto de Continental que tiene "muy buen comportamiento al frenar, tanto en asfalto seco como en mojado", además de la duración de los neumáticos. Por otro lado, su eficiencia de rodadura "es mejorable", lo mismo que su resistencia al aquaplaning, además de que "es pesado lo que aumenta su impacto ambiental".
El segundo es el Kumho Ecsta HS22, cuyo precio oscila entre los 94 y los 137 euros. Tiene una distancia de frenado en seco a 100 km/h de 38 metros y en mojado a 80 km/h de 33 metros. A favor, la OCU destaca de este producto la duración de sus gomas, que alcanza los 70.000 km, y en contra, el elevado nivel de ruido y la resistencia al aquaplaning, que "sin ser mala, es mejorable".