General Motors continúa creyendo en Cruise, su división de vehículos autónomos, pese a que su coste anual sea del todo desorbitado. Existen ejemplos en la industria automotriz donde principales compañías han cerrado o anulado su inversión en este tipo de departamentos, tal es el caso de Volkswagen con Argo AI, por ejemplo. Sin embargo, la CEO del grupo norteamericano, Mary Barra, no dará la espalda a esta filial y continua insistiendo en su rentabilidad a largo plazo.
Barra ha explicado en numerosas ocasiones que, una vez que la industria comience a abrirse hacia la movilidad autónoma, esta división será una de las más rentables del mundo. Sus pronósticos ya mencionaban, hasta hace unos meses, unos ingresos anuales por encima de los 25.000 millones de dólares. Sin embargo, la máxima responsable de GM ha duplicado esta cifra hasta los 50.000 millones de dólares a partir del año 2030.
Por supuesto, esto es sólo una predicción por parte de la compañía norteamericana, que puede ser acertada o errónea. Pero Barra asegura que Cruise es “una gran oportunidad de crecimiento”, a pesar de que otras compañías hayan vetado sus divisiones en materia de desarrollo similares.
Su CEO rema a favor de esta división y estima que su potencial no sólo se encuentra en regiones como Norteamérica, sino también en entornos como los Emiratos Árabes Unidos o Japón. Europa también supondría un mercado interesante, aunque en menor calado que los ya mencionados. El mayor hincapié de Cruise está situado en el sector del transporte de mercancías.
No obstante, no todo son buenas noticias para Cruise. Según señalan desde Reuters, esta división le cuesta a General Motors una media de 2.000 millones de dólares anuales. Un montante que a día de hoy no reporta beneficios, sino que todo ello es una inversión de la que no esperan un retorno hasta finales de esta década, cómo mínimo.
A pesar de ello, General Motors ha concedido unas nuevas instalaciones a Cruise ubicadas en Arizona y Texas. Al mismo tiempo, el propio grupo automovilístico ha lanzado una petición formal a la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras para que le conceda la posibilidad de probar en vía abierta hasta 2.500 vehículos de pruebas totalmente autónomos y sin pedales ni volante.
Cruise ya mostró un primer vehículo conceptual hace algo más de tres años llamado Origin. Este se presentó como un particular mini-bus eléctrico en el que se podían transportar varios pasajeros y de forma completamente autónoma. Desde entonces, la división tecnológica de General Motors ha continuado desarrollando este concepto de movilidad, aunque sin dar grandes y decisivos pasos al respecto. No obstante, Mary Barra ya ha confesado que en los próximos años se verían importantes avances en tecnología autónoma, la cual podría llegar al mercado justo antes de que concluya la presente década.