Reducir los costes de producción de los coches eléctricos sigue siendo una tarea pendiente en todo el sector. La industria busca abaratar los costes de fabricar un coche eléctrico y, en especial, sus baterías. Para ello se están investigando varias tecnologías nuevas, pero en Renault creen que podrán mantener unos costes bajos -tanto de desarrollo como de venta- en sus modelos eléctricos utilizando las baterías de iones de litio actuales.
Así lo ha anunciado el director general del Grupo Renault, Luca de Meo, en un evento reciente con algunos medios internacionales. Según Luca de Meo, «las baterías de iones de litio han llegado para quedarse. No es una tecnología disruptiva, es una tecnología progresiva, y ya hay muchos costes de producción invertidos en ella».
Mientras otros fabricantes, cada vez más, están desarrollando (o en vías de investigación) de nuevas tecnologías como las baterías de electrolito sólido, Renault tratará de mantener bajos tanto los costes de desarrollo como de venta en sus coches eléctricos en base a la reducción gradual del precio de las baterías actuales. Y apostar por esto es una cuestión puramente de rentabilización de inversiones.
El Grupo francés ha invertido grandes sumas de dinero en la tecnología actual y De Meo quiere exprimir al máximo esa inversión, amortizándola durante más tiempo, como parte del plan de Luca para aumentar la rentabilidad de la marca. Pese a ello, el directivo italiano no descartó otras tecnologías para el futuro: «Por supuesto, si se puede utilizar el estado sólido en un coche de Fórmula 1 o en un cohete, genial, pero desde un punto de vista comercial, creo que la tecnología de iones de litio continuará durante mucho tiempo».
El Renault 5 eléctrico (en primer plano) utilizará baterías de litio-ferrofosfato, sin cobalto y más baratas de producir.
Gilles Le Borgne, vicepresidente ejecutivo de ingeniería de Renault, añadió algunos detalles a este respecto. Según Le Borgne, en Renault prevén que la paridad de costes entre un vehículo eléctrico y un coche de combustión interna se conseguirá en el año 2025. A esto también ayudará el aumento de los precios previsto para los próximos años, anunciado a principios de este año: Luca de Meo quiere que Renault venda menos coches pero más caros, para lo cual subirán el precio medio en 5.000 euros para 2023 y en 7.000 euros para 2025.
En esta reducción gradual de costes tendrán un papel importante las baterías de litio-ferrofosfato (LFP), que no son otra cosa que baterías de ion-litio con un cátodo de fosfato de hierro-litio (LiFePO4). Este tipo de baterías no necesita cobalto (uno de los materiales más caros de la batería) y se empleará en la próxima hornada de coches eléctricos asequibles del grupo francés, que encabezará el nuevo Renault 5 eléctrico. Estas baterías, junto a la plataforma CMF-B para eléctricos, permitirán que el próximo Renault 5 -un modelo llamado a ser un nuevo icono de la marca- tenga un precio de partida ajustado, en torno a 20.000 euros.
Mientras tanto, el futuro más inmediato de la marca pasa por el nuevo Renault Megane E-Tech eléctrico, que utilizará baterías ternarias de ion-litio, es decir, con cátodo de níquel-manganeso-cobalto (NMC) fabricadas por LG Energy Solutions. Una batería resultado de lo mejor que saben hacer actualmente Renault y LG, con un 20% más de capacidad energética por volumen que la del Renault Zoe, más pequeña y más delgada (sólo 110 mm de altura). Se ofrecerá con dos versiones: con 300 kilómetros de autonomía (40 kWh de capacidad) o 470 kilómetros de autonomía (60 kWh).