La construcción de superdeportivos de alto rendimiento exige la utilización de potentes ordenadores y de software especialmente diseñado para simular las condiciones a las que se someterá al vehículo, obteniendo sus reacciones de la forma más cercana a la realidad. Tras ellos, hoy en día es necesario un ejército de ingenieros que analicen los datos y aporten soluciones. Este es el caso de la compañía croata Rimac Automobili, que durante los últimos años ha estado diseñando el Rimac C_Two, un superdeportivo eléctrico presentado en el Salón del Automóvil de Ginebra.
Los números del C_Two superan las ya espectaculares cifras del primero de los superdeportivos eléctricos de Rimac, el Concept_One. La potencia que desarrollarán sus motores eléctricos alcanzará los 1.408 kW (1.888 CV), y transmitirán un par motor a las ruedas de 2.300 Nm. Será capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 1,9 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 415 km/h. Su autonomía, en el antiguo ciclo europeo NEDC, será de 650 kilómetros.
El equipo de ingenieros de Rimac analiza los resultados y modifica el diseño.
Para construir un vehículo capaz de desarrollar estas prestaciones no solo es necesario un sistema de propulsión dotado de las últimas tecnologías, sino un diseño exterior que maneje el aire con el que se encuentra en vez de enfrentarse a él. Si bien el Concept_Two presenta algunas características heredadas y evolucionadas del Concept_One, sus diseñadores afirman haber arrancado desde cero para garantizar el uso de las tecnologías más actualizadas.
Como en la mayoría de los automóviles de hoy en día, el diseño del Rimac C_Two viene condicionado por la aerodinámica. Pero antes de construir un prototipo real, los ordenadores se encargan de simular la física del mundo real y el diseño del vehículo. El modelo de túnel de viento de Rimac incluye las partes activas de la aerodinámica del automóvil, como por ejemplo el alerón trasero, la aleta del difusor o las aletas del capó y el frontal.
Tras las simulaciones por ordenador Rimac construye una escultura para las pruebas reales.
Según Rimac, el aire que circula alrededor del cuerpo del coche se divide en más de 70 millones de partes. Cada una de ellas influye en la manera en la que el vehículo se ve afectado y reacciona. Es aquí donde las simulaciones de la dinámica de fluidos ayudan a resolver las complejas ecuaciones resultantes en cada uno de los casos de prueba. Los ordenadores son capaces de repetir los cálculos para cada pequeña modificación que se introduce en el diseño, de forma que su ayuda es imprescindible para solucionar un juego basado en la prueba y el error.
Una vez que se obtiene una solución satisfactoria en la pantalla, Rimac fabrica un prototipo real en el que se pueden modificar muchas de sus partes para solucionar los problemas de ajuste que surgen en las pruebas reales. Según la empresa croata, en sus simulaciones, el coeficiente aerodinámico que ha logrado para el Concept_Two es de 0,28. En el vídeo que mostramos a continuación, Rimac describe la minuciosidad y el grado de detalle del proceso de creación de un coche eléctrico como este.