Existen dos métodos principales para capturar la energía del sol. Los paneles solares transforman la luz solar en electricidad renovable mediante el uso de células fotovoltaicas. Se trata de dispositivos semiconductores que se organizan en módulos o paneles solares.
Por otro lado, la energía termosolar se centra en la conversión de la luz solar en energía térmica. A diferencia de los paneles fotovoltaicos que convierten directamente la luz en electricidad, los sistemas termosolares calientan un líquido con la radiación solar. El calor generado se puede emplear en una variedad de aplicaciones, incluyendo sistemas de calefacción, producción de agua caliente sanitaria y otros procesos industriales que necesitan calor.
Energía híbrida, lo mejor de los dos mundos
Capsun Technologies y Ghenova Ingeniería han desarrollado y patentado una tecnología innovadora a nivel mundial que integra energía fotovoltaica y solar térmica en una única planta. Esta solución de almacenamiento se presenta como eficiente y rentable para el sector energético.
Han sido años de investigación en los que han colaborado centros tecnológicos españoles como el CSIC, la Plataforma Solar de Almería, Tekniker, la Universidad de Sevilla, la Agencia Nacional del Hidrógeno Center y otros prestigiosos centros europeos como Fraunhofer. El proyecto, denominado MOFHAR (Módulos Fotovoltaicos Híbridos de Alta Reflectancia), fue cofinanciado por el CDTI y la Corporación Tecnológica de Andalucía (CTA). En particular, el CTA respaldó la investigación realizada por el Instituto de Ciencia de Materiales del CSIC.
Utilizando esta tecnología, Bluesolar ha comenzado a construir su primera planta piloto en la sede del Instituto de Sistemas Fotovoltaicos de Concentración (ISFOC), ubicada en Puertollano. Esta empresa ha desarrollado un concepto pionero de plantas de gran tamaño mediante paneles híbridos. Estos paneles no solo generan electricidad a partir de la radiación solar, sino que también funcionan como espejos concentradores.
La tecnología patentada de filtros ópticos selectivos de luz permite combinar ambas tecnologías, reemplazando los espejos concentradores por filtros integrados en los paneles fotovoltaicos. De esta manera, se sigue generando electricidad al reflejar el calor, que puede utilizarse para almacenamiento térmico o generación directa de vapor.
“La integración de plantas fotovoltaicas con almacenamiento térmico mediante la tecnología BlueSolar ofrece un concepto de planta más eficiente, modular, fiable y escalable en comparación con las plantas termosolares actuales”, asegura Sebastián Caparrós, CEO de la empresa.
Este planteamiento permite que las plantas fotovoltaicas generen electricidad de manera ininterrumpida, ya que el diseño está pensado para hibridarse con instalaciones fotovoltaicas estándar, tanto en funcionamiento como en construcción, optimizando así la infraestructura eléctrica existente.
La clave radica en el alto rendimiento de la tecnología, que permite almacenar electricidad de la red o de otras fuentes renovables con una eficiencia superior al 90% y sin degradación. Esto representa una disrupción en el almacenamiento térmico, no solo mejorando la eficiencia de las baterías o la energía hidráulica, sino también haciéndolo con unos costes muy inferiores.
Los resultados preliminares obtenidos con anterioridad son prometedores. BlueSolar podría convertirse en la primera tecnología solar del mundo que ofrece un suministro continuo de energía a precios de mercado, sin depender de subsidios o tarifas especiales, logrando así estabilidad de precios e independencia de los combustibles fósiles.
La relación de las plantas híbridas con el hidrógeno verde y la transición energética
Germán López, director técnico del sector de Energía y Medio Ambiente de CTA, resalta la importancia de aplicar esta tecnología en el proceso actual de transición energética. “La implantación de plantas fotovoltaicas con cogeneración térmica contribuirá a mejorar la gestión de las plantas fotovoltaicas y a satisfacer la demanda de energía térmica en procesos industriales.”
Esta tecnología es compatible con la producción de hidrógeno verde, lo que es especialmente relevante para su producción a partir de derivados como el metanol o el amoníaco. Estos compuestos requieren un suministro eléctrico renovable constante. Además, esta tecnología puede acoplarse a plantas desaladoras térmicas y de ósmosis inversa, que tienen un alto consumo tanto térmico como eléctrico.