Las motos eléctricas no están pasando por su mejor momento. Los fabricantes necesitan inversores que crean en un futuro más prometedor para las monturas cero emisiones, pero algunos no lo están consiguiendo y han tirado la toalla.
El mercado no está en alza precisamanrte en este sentido, y las matriculaciones de este tipo de vehículos han acusado una bajada en las ventas, si comparamos el ejercicio de 2023 con el de 2022.
Nadie escapa de los problemas económicos
Algunos podrían pensar que esta situación sólo afecta a fabricantes de ciclomotores y scooters eléctricos con precios contenidos, pero lo cierto es que nadie está libre de la ruina, como bien queda demostrado con el caso de Arc Motorcycle.
La marca prémium es muy conocida por su radical modelo Arc Vector, una moto eléctrica que cuesta más de 100.000 euros y de la que han conseguido entregar un total de 11 unidades, a clientes con un lógico alto poder adquisitivo.
Eso no ha hecho posible que el negocio siga adelante, pues se han declarado en quiebra, a pesar de los ambiciosos proyectos que tenían en marcha, entre los que estaban el desarrollo de hasta tres nuevos modelos distintos.
Mark Truman, fundador y CEO de Arc señala que este escenario llega debido a "problemas de distribución en Estados Unidos", lo que habría afectado a la sostenibilidad económica de la empresa. Además, asegura que algunas personas le han decepcionado, y que en este tipo de negocios es más que suficiente eso para llegar a una situación de quiebra.
Se refiere al hecho de que son un fabricante que trabaja con un volumen de producción y ventas bajo, personalizado y por encargo. Se entiende que algunos clientes habrían declinado su encargo a última hora, con el consecuente impacto negativo en Arc Motorcyles.
Truman y su esposa habrían intentado reflotar la empresa con sus propios fondos, pero tenían claro que iba a ser complicado recuperar ese dinero.
El mercado en general pende de un hilo
No es la primera vez que Arc acusa problemas de este tipo. Aunque la empresa nació oficialmente en 2020, ya años antes habían empezado a trabajar en el proyecto de motos eléctricas prémium. Y en 2019 casi tienen que abandonar su intento, pero finalmente consiguieron los fondos necesarios y salieron a flote.
La situación se repite y no se sabe qué desenlace tendrá en los próximos meses, pero no son los únicos fabricantes de motos eléctricas en problemas. Cake, posiblemente la que fuera la empresa de este tipo con mayor potencial y apoyo de accionistas, se declaró en febrero en bancarrota, tras perder a un importante accionista.
El tiempo dirá en qué queda todo esto, pero se plantea un escenario complicado para el resto de fabricantes y firmas, algunas de ellos españolas, y en un mercado en el que hay marcas como Dust o Stark Future que plantean apuestas arriesgadas en el campo de las motos de cross.
Otras intentan asegurar con ciclomotores y scooters cero emisiones, que es lo que más se vende, independientemente del sistema de propulsión.