España, poco a poco, va cerrándole la puerta a los patinetes eléctricos y otros Vehículos de Movilidad Personal o VMP en el transporte público.
Si Barcelona tomó la delantera prohibiendo el acceso al transporte público con uno de estos vehículos, Madrid y Renfe se sumaron poco después a esta iniciativa antes de que cerrara la temporada 2023. Lo mismo ocurrió en Mallorca.
Y ahora es Andalucía la que se sube al carro y ha añadido en sus ordenanzas la prohibición de entrar en sus medios de transporte públicos, como puede ser el autobús o el metro, haciendo uso de un VMP.
Las autoridades andaluzas aluden al riesgo de incendio y explosión existente en la batería de estos vehículos, que ha dado lugar ya a algunos incidentes por todo el país. Dejan la puerta abierta a que se suavice la normativa una vez que se alcance un nivel de seguridad mayor. Por ejemplo, cuando la regulación del certificado de seguridad de los VMP que tiene en marcha la DGT impida la circulación a aquellos que no cumplan los requisitos del manual que han publicado.
Eso no ocurrirá hasta el 1 de enero de 2027, pero ya a partir del 22 de enero de 2024 se impide la venta de modelos de patinetes y otros vehículos de su categoría que no dispongan del certificado correspondiente.
Otras ciudades ya están avanzando en la publicación de una ordenanza municipal similar.
Valencia, por ejemplo, sólo lo prohíbe en los servicios de tipo ferroviario, lo que aplica a cualquier tren cercanías, metro o tranvía, pero no a autobuses.
Cabe destacar que la norma sólo habla de VMP, por lo que los vehículos EPAC o bicicletas pedelec, que son las únicas eBikes homologadas en España, no están dentro de la prohibición vigente y pueden acceder sin problemas.