Con la vista puesta en el cumplimiento de la promesa realizada en octubre por el primer ministro Yoshihide Suga para que Japón reduzca sus emisiones de carbono a cero en 2050, los vehículos de combustión dejarán de venderse allí a mediados de la década de 2030. El ministerio de industria trazará un plan de trabajo antes de que finalice este año, en el que fijará una fecha concreta para cumplir con este objetivo, según anunció el portavoz del gobierno, Katsunobu Kato, en una conferencia de prensa.
En dos semanas, Japón se convertirá en el segundo país del G7 en marcar una fecha límite para eliminar gradualmente los vehículos de gasolina y diésel y se alinea así con otros países y regiones que están imponiendo restricciones a los vehículos movidos por combustibles fósiles. El Ministerio de Industria de Japón está recabando la opinión de un amplio panel de expertos con el objetivo de tomar una decisión que no perjudique a la industria y a la vez estimule el desarrollo económico del país. En este sentido no solo es importante la fecha que se marque para abandonar la venta de vehículos térmicos, sino si se abrirá la puerta a algún tipo de hibridación, aunque en principio la intención del gobierno japonés es exigir que todos los coches nuevos que se vendan sean completamente eléctricos.
Los fabricantes se están viendo avocados a una carrera tecnológica fruto de la casi segura intervención de los estados en la reducción de las emisiones de carbono. En consecuencia se están viendo obligados a acelerar el desarrollo de modelos eléctricos e híbridos enchufables. El mercado europeo se ha adelantado con una normativa de emisiones que endurece las condiciones durante los primeros años de esta década. Es de esperar que en 2025 estas condiciones se endurezcan, de manera que es posible que ni siquiera sea necesario prohibir los motores de combustión ya que su rentabilidad se verá en entredicho. Las tecnologías necesarias para reducir las emisiones hasta los límites requeridos por la ley los harán directamente inviables.
En el caso del mercado japonés, donde ya existen medidas restrictivas para los motores de combustión, los fabricantes de automóviles locales guardan silencio por ahora sobre el impacto que esas medidas podrían tener en su cifra de negocio. Toyota, Honda, Nissan y Mitsubishi Motors (estos dos últimos miembros de la misma Alianza automovilística) declinaron hacer comentarios.
Los fabricantes con grandes recursos económicos para la investigación y el desarrollo, como Toyota, podrían ampliar sus planes con el objetivo de llegar a esa fecha con una cartera de productos mucho más amplia que la anunciada hasta ahora. El mes pasado, el director de operaciones de Nissan, Ashwani Gupta, afirmó en una entrevista concedida a la Agencia Reuters que estaban listos para para responder a la decisión de Reino Unido de acelerar la fecha de prohibición de coches térmicos a 2030, ya que estaban convencidos de que esa posición iba a convertirse en una tendencia mundial.
Un informe reciente realizado por Boston Consulting Group sobre las perspectivas del mercado de automóviles totalmente eléctricos concluye que en 2030 este se incrementará en un 55% en Japón. A nivel mundial la expansión de la cuota de mercados de vehículos eléctricos se acelerará debido al descenso de los precios de las baterías. Japón, China y Corea del Sur anunciaron recientemente objetivos para eliminar sus emisiones netas de carbono. Reino Unido, Alemania, Noruega, Canadá y algunos estados de EE.UU. ya están imponiendo restricciones a los automóviles de combustibles fósiles o planean hacerlo en el futuro.