Europa y China siguen enfrentadas. Las dos regiones mantienen la pugna por el coche eléctrico. Los chinos dominan el mercado internacional con su tecnología y sus marcas. Europa y todo el mundo depende de los compuestos y las fábricas chinas, pero teme que sus marcas ocupen el lugar de las compañías tradicionales. La aplicación de aranceles especiales a la exportación de vehículos eléctricos ha supuesto un motivo de enfrentamiento constante. Hoy la guerra sigue abierta y tras meses en silencio los fabricantes chinos tratan de impugnar ahora los impuestos a través de la justicia europea. Se espera una larga contienda jurídica.
Ya a finales de 2023 empezó a plantearse seriamente la aplicación de tasas portuarias específicas a todos los coches eléctricos procedentes de China, sin importar la marca. Bruselas quería levantar un muro de contención frente a las cada vez más numerosas compañías asiáticas. Si bien Bruselas no contó con el beneplácito de los fabricantes europeos, la medida quedó aprobada en la primavera de 2024, aunque Europa y China se dieron un pequeño margen para negociar vías alternativas. Finalmente, tras meses de infructuosas negociaciones, el 1 de noviembre se activaron oficialmente los aranceles específicos a los coches eléctricos procedentes de China.
BYD, Geely y SAIC encabezan la batalla jurídica de China
A partir de ese momento las marcas tenían que pagar cuantiosos impuestos adicionales por cada uno de los coches eléctricos que atravesaban las fronteras del espacio comunitario. En el peor de los casos, el del Grupo SAIC, propietaria de MG, tenían que pagar un 35,3% de tasas suplementarias al 10% ya existente. Es decir, un 45,3% de aranceles por cada vehículo. Si bien las marcas chinas apenas han repercutido la subida en los precios de los coches, el Gobierno chino no tomó la medida con alegría. Durante estos meses se ha tratado de llegar a un acuerdo más satisfactorio, como la fijación de un precio mínimo competitivo. Nada parece haber dado resultado.
Los fabricantes se han hartado de esperar. Tres compañías han acudido a la justicia europea con la intención de derribar los aranceles. BYD, Geely y SAIC, las tres principales empresas chinas en Europa, han impugnado ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea las tasas impuestas desde el pasado mes de noviembre. Los documentos presentados ante el Tribunal de Justicia indican que los tres presentaron sus demandas ante el Tribunal General, la sala inferior de las dos del TJUE, el martes, un día antes de que venciera el plazo para presentar recursos. Los procedimientos en el Tribunal General duran una media de 18 meses y pueden ser objeto de recurso.
No cabe esperar una resolución inmediata, pero BYD, Geely y SAIC tratan así de buscar una vía secundaria de presión. Mientras tanto, la oleada de productos llegados de China no cesa. Cada vez son más las marcas que se ven atraídas por el Viejo Continente. BYD explorará nuevos nichos comerciales a través de nuevas empresas como Denza, así como ampliará la oferta de la marca principal mediante vehículos tan atractivos como el nuevo BYD Atto 2 y otras mecánicas como los híbridos enchufables. SAIC, a través de MG, ampliará su oferta comercial, al igual que lanzará nuevas compañías como IM. Geely es una de las mayores empresas exportadoras de China, en su haber figuran marcas como Polestar, Volvo, Smart o Lynk & Co, entre otras.