Cuando hace casi un año la Unión Europea empezó a aplicar los nuevos aranceles de importación a los fabricantes de vehículos chinos, el territorio asiático inició una batalla para intentar poner fin a estas tasas, pero todavía no ha sido capaz de hacerlo, aunque tiene aliados europeos e incluso a Tesla.
Lo cierto es que China lo intentó todo, desde represalias con aranceles a firmas europeas de distintos sectores con intereses comerciales en su territorio, hasta la posibilidad de establecer un precio mínimo al que se podían vender los vehículos eléctricos asiáticos en Europa.
China no cesa en su empeño

Pero lo cierto es que no ha logrado llegarse a un acuerdo, y lo que ahora rigen son unas tasas de hasta el 45,3% para fabricantes como el Grupo SAIC (MG, entre otras marcas de su propiedad), que en el caso de BYD son del 17%, para Geely del 28,8%, y del 30,7% para Chery, ya sumado el 10% que se venía aplicando hasta entonces.
Los aranceles en realidad no sólo afectan a las marcas chinas, sino que a cualquier otra que fabrique en territorio asiático, y eso implica a todas aquellas firmas europeas y norteamericanas que lo hacen. Por ejemplo, los Tesla que se ensamblan en Shanghái y viajan a los mercados de nuestro continente tienen que pagar un 7,8% más que antes.
De ahí que esta realidad, por las alianzas estratégicas o por los intereses de algunas partes de Europa y Tesla con China, hagan que Elon Musk, Mercedes-Benz y BMW se hayan unido oficialmente a la demanda del país asiático ante los tribunales europeos, con el objetivo de acabar con unos aranceles que el año pasado se fijaron por un período de cinco años.
Pero BMW y Mercedes no son las únicas marcas que han criticado los aranceles por resultar poco adecuados para la industria del automóvil, ya que China tiene apoyo de importantes países como Alemania y Hungría, y de marcas de Europa. Y atacar desde dentro siempre es una estrategia con mucho potencial.
Con Estados Unidos hay algunas diferencias

Lo que sí es curioso, cuando menos, es que Tesla y Elon Musk, sin embargo, no están precisamente haciendo lo mismo en Estados Unidos, a pesar de que el anterior presidente Joe Biden subió los aranceles a los coches chinos del 25 al 100%, y ahora el actual mandamás del país norteamericano, Donald Trump, quiere subirlos todavía más, hasta un 10% extra.
Una medida contra la que China también pretende tomar represalias, aunque parece que se ve con menos fuerzas que en Europa para conseguirlo, a juzgar por los distintos caminos que está tomando.