Caterpillar ha anunciado esta semana la firma de un acuerdo con BHP para sustituir toda la flota de camiones mineros en la mina Escondida, en la región chilena de Antofagasta, de los modelos actuales a camiones de accionamiento eléctrico. Aunque en la nota de prensa oficial se especifica bien el matiz, hay quien ha publicado esto como la llegada de los camiones eléctricos a la mayor mina de cobre del mundo. Pero la realidad es bien diferente, pues los nuevos camiones obtienen su energía gracias a un enorme, gigantesco, motor diésel.
La mina Escondida, en el norte de Chile, es la mayor mina de cobre del mundo. En ella trabajan alrededor de 160 camiones mineros o dúmpers, que conforman una de las mayores flotas de este tipo vehículos en la industria minera mundial. Caterpillar y BHP Billiton, la compañía que explota la mina, han llegado a un acuerdo para renovar toda la flota a lo largo de la próxima década (2023-2033) con camiones de accionamiento eléctrico. Pero a diferencia de lo que pueda parecer en un primer momento, y a pesar de que algunos medios lo han publicado como tal, distan bastante de ser vehículos eléctricos.
El modelo encargado de actualizar la flota será el Cat 798 AC, un camión minero que tiene un peso bruto de 623.690 kg y que puede cargar hasta 372 toneladas métricas en su enorme caja. Se trata de uno de los camiones mineros o dumpers más grandes que comercializa Caterpillar, una mole de casi 16 metros de largo y más de 10 metros de ancho. Y aunque sería interesante que se pudiera alimentar de una fuente sin emisiones contaminantes, lo cierto es que necesita un impresionante motor diésel para poder moverse.
Cat C175-16, el gigantesco corazón de la máquina
El Cat 798 AC no se podría mover sin el motor diésel Cat C175-16 Stage V, que proporciona la electricidad al sistema eléctrico. Se trata de un motor con 16 cilindros en V, 85.000 centímetros cúbicos de cilindrada, cuatro turbos y 3.550 caballos de potencia máxima (2.610 kW). Este pequeño motor mide más de 6 metros de largo y pesa la friolera de 24.312 kilos.
Todas las cifras que podamos mencionar son impresionantes: el sistema de lubricación necesita 946 litros de aceite y aunque su consumo varía dependiendo del trabajo, el tanque de combustible de 4.543 litros que tiene el Cat 798 AC habla por sí solo. Existe otra configuración para trabajos en gran altitud, denominada C175-20, con una veintena de cilindros, 4.200 CV (3.095 kW) de potencia y un sistema de alimentación optimizado.
Además de usarse en las máquinas autopropulsadas de mayor tamaño, este motor también se utiliza en aplicaciones marinas, locomotoras y como grupo electrógeno en la industria petrolífera y gasística.
¿Entonces dónde está la parte eléctrica?
La diferencia con otros modelos de Caterpillar es que el Cat 798 AC utiliza un sistema de transmisión híbrido, con un motor diésel que actúa como generador para alimentar los motores eléctricos que mueven las ruedas. Es lo que Caterpillar llama «mando eléctrico».
Otros modelos similares, por ejemplo el Cat 797F, utilizan una servotransmisión planetaria con un convertidor de par. Es decir, hay una conexión mecánica directa entre el motor diésel y las ruedas, que Caterpillar denomina «mando directo». La servotransmisión planetaria de siete velocidades varía las relaciones de transmisión para optimizar el par y suministrar potencia constante en una gama amplia de velocidades.
Caterpillar da pocos datos sobre la parte eléctrica, aunque sabemos que es un sistema eléctrico de 2.600 voltios con motores eléctricos de corriente alterna sin escobillas y que utiliza una reductora con una relación de reducción total 35:1. Según Caterpillar, la integración de este sistema aumenta la eficiencia, ahorrando combustible y reduciendo las emisiones contaminantes; también genera menos calor y tiene mayor vida útil.
Así que, sí, el Cat 798 AC tiene enormes motores eléctricos que sin embargo se alimentan de uno de los mayores motores diésel que fabrica Caterpillar. Pero que no te confundan diciendo que es un camión eléctrico pudiendo dar a entender que es un vehículo 'cero emisiones', porque nada más lejos de la realidad.