Corren tiempos extraños en Tesla. Si bien sus productos son ahora mejor que nunca, la empresa parece estar atravesando un bache. Las ventas han caído en todo el mundo. La tendencia es claramente a la baja. Las dudas surgen a la hora de determinar las causas. Muchos aseguran que se debe a la nueva vida política de Elon Musk, mientras que otros afirman que se debe al ciclo de renovación del Tesla Model Y. Lo que está claro es que las cifras han caído, pero eso no parece importarle a Musk. La gran esperanza de Tesla es duplicar la producción en Estados Unidos en los próximos dos años, aunque resulta difícil de creer.
No porque no se pueda duplicar la capacidad de producción, que sí es posible. La gran incógnita es si es viable o necesario hacerlo. Estados Unidos cuenta con tres de las cinco fábricas de Tesla repartidas por el mundo: California, Texas y Nevada. Actualmente, la más grande es la ubicada a las afueras de San Francisco, con una producción anual de, aproximadamente, 650.000 unidades. En Texas podrían llegar a producirse 250.000 unidades del Model Y y otras 125.000 del Cybertruck. Mientras que en el último informe anual Tesla recoge que la producción piloto del Tesla Semi ya está en marcha en la planta de Nevada, aunque no se proporciona ningún dato de capacidad real o teórica.
Musk se alinea con las políticas de Donald Trump
A esas plazas hay que sumar las otras dos que Tesla tiene repartidas en el extranjero. Berlín cuenta con una capacidad teórica de 375.000 unidades del Model Y, mientras que China deja en ridículo al resto de Gigafactorías de la compañía. La planta de Shanghai puede fabricar 950.000 unidades de los Model 3 y Model Y en un sólo año. Ella sola. En los últimos años, Tesla y Elon Musk han sido acusados de desviar al extranjero parte de la producción que podría realizarse en Estados Unidos. Declaraciones que ahora toman un significado particular teniendo en cuenta el ingreso de Musk en la administración de Donald Trump. El presidente americano ha hecho suyo el lema de Make America Great Again (hagamos una América grande otra vez).
A través de X, Elon Musk ha asegurado que Tesla duplicará su producción americana en los próximos dos años como forma de apoyar las políticas de Trump. El anuncio prescinde de cualquier tipo de detalle sobre cómo se llevará a cabo. La gran pregunta es para qué quiere Tesla duplicar su producción americana ahora que la empresa atraviesa un bache de ventas y a nivel de imagen. La empresa ya no está tan bien vista como antaño. Muchos clientes se muestran defraudados por la actitud del propio Musk. Por todo el país se producen campañas y manifestaciones en contra de la empresa, algunas con actos violentos. Elon Musk cree haber encontrado a los culpables, pero la realidad es que su empresa no es la misma que conocíamos hace un par de años.
Tesla tiene por delante un año vacío en cuanto a lanzamientos. Tras la presentación del nuevo Model Y la empresa no tiene nada con lo que asombrar al mundo. La compañía ha perdido gran parte de su valor en bolsa. En lo que llevamos de año las acciones se han contraído un 40% con respecto al exitoso momento vivido tras la toma de posesión de Trump como presidente de Estados Unidos. Las matriculaciones caen en todo el mundo, principalmente en China y en Europa donde cada vez son más los rivales a los que deben enfrentarse. Mientras, China trabaja incansablemente para ocupar el puesto de Tesla. La mejor posicionada para lograrlo es BYD. Este año, si nada lo remedia, la empresa china se convertirá en el mayor vendedor de coches eléctricos del mundo. Un puesto que los americanos llevan ocupando más de una década.