La decisión de compra de un coche eléctrico está influenciada por muchos factores: el desconocimiento de la tecnología, los prejuicios sobre la autonomía y la recarga, el mayor precio en comparación con un coche de combustión, etc. Es por eso que cualquier ayuda, por pequeña que sea, puede conseguir animar a un potencial comprador a dar el paso.
Un estudio reciente llevado a cabo por el National Bureau of Economic Research (Oficina Nacional de Investigación Económica) de los Estados Unidos ha puesto de manifiesto una pequeña mejora que, aunque parece insignificante, podría hacer que para 2030 las ventas de vehículos de baterías aumentaran un 8%.

Información en tiempo real
El informe es el ‘Charging Uncertainty: Real-Time Charging Data and Electric Vehicle Adoption’ (Incertidumbre en la carga: datos de carga en tiempo real y adopción de vehículos eléctricos) y señala que disponer de mejor información en tiempo real sobre la red de carga disponible eliminaría una barrera de entrada importante, así como gran parte de la intranquilidad que provocan en sus dueños este tipo de vehículos.
La infraestructura de carga es un elemento clave en el ritmo de adopción de los vehículos eléctricos. Según el lugar del mundo, la red de cargadores está más o menos nutrida, pero poco a poco va mejorando hasta configurar un mapa en el que cada vez es más difícil encontrar una zona en la que no haya una estación de carga.
Sin embargo, no solo es necesario que existan esos puntos de recarga, también es imprescindible saber si está operativos. En el caso de un coche eléctrico, si el conductor apura mucho y tiene muy poca autonomía restante, en función de la localización ir a un cargador y encontrarse con que no funciona puede significar que no llegue al siguiente.
Es por eso que disponer de información en tiempo real más actualizada podría suponer un punto de inflexión para la industria. Que el usuario pueda ver el estado de todas las estaciones que le rodean, cuáles están operativas, qué puntos están averiados o cuáles están ocupados le facilitaría de manera enorme la toma de decisiones y la planificación de sus desplazamientos.
Los autores del estudio han investigado la disponibilidad de datos en tiempo real de los cargadores rápidos de corriente continua (CC) en seis de las autopistas interestatales más importantes de Estados Unidos (casi 22.000 km a través de 40 estados) y han creado un modelo sobre el impacto que tendría ampliar el acceso a datos en tiempo real a todos los cargadores rápidos que están situados cerca de las autopistas.
El análisis se llevó a cabo entre marzo y agosto de 2024 y, en promedio, solo el 32,9 % de las estaciones de carga rápida adyacentes a esas seis autopistas proporcionaron información sobre su estado en tiempo real, es decir, menos de un tercio.
Los datos se recopilaron utilizando PlugShare, una aplicación de búsqueda de puntos de carga, y ponen de manifiesto que hay muchos momentos en los que los conductores de coches eléctricos van a ciegas, tienen acceso a la localización de las estaciones de carga, pero no pueden saber cuál es su estado.
Un dato significativo es que, en ciertas carreteras, los intervalos sin información en tiempo real llegaban a ser de hasta 2.104 km, un tramo en el que incluso los automóviles de cero emisiones con mayor autonomía tienen que recargar como mínimo un par de veces.
Y no solo eso, para el informe también se encuestó a potenciales compradores de coches, así como a propietarios de vehículos eléctricos, y en términos generales la opinión mayoritaria es que los datos en tiempo real disponibles actualmente tienen muy poca credibilidad.

Una mejora notable para 2030
De su análisis la conclusión que sacaron es que, si los datos universales en tiempo real fueran algo común, la confianza de los conductores en su precisión aumentara en consecuencia y se consiguiesen tiempos de carga algo más rápidos, la cuota de mercado de los coches eléctricos en las ventas de vehículos nuevos crecería un 8% en 2030.
De esta manera, respecto a las proyecciones que hay para ese año, la flota de vehículos eléctricos crecería un 13,2%, lo que supondría una reducción de las emisiones de carbono en 22,5 millones de toneladas.
Sin embargo, el propio estudio pone de manifiesto un impedimento para que esto sea así: la diversidad de cargadores y de proveedores de electricidad. Aunque algunos están agrupados bajo el mismo paraguas, la realidad es que un usuario de vehículos eléctricos tiene que tener varias aplicaciones para conocer el estado de cada red, algo que hace que no sea práctico.
Se ha elegido PlugShare como referencia porque es una aplicación gratuita que incorpora múltiples infraestructuras de recarga, pero aún así no dispone de todas. Valga como ejemplo el hecho de que ese 32,9% de estaciones con información en tiempo real sube hasta el 70,9% si se excluye a Tesla y Electrify America, puesto que tienen un gran número de cargadores rápidos, pero no comparten su información en la aplicación.