La recarga es utilizada por muchos enemigos del coche eléctrico como uno de los argumentos fundamentales para criticar su llegada. Hoy por hoy, sobre todo en viajes largos, puede resultar algo complicado recargar la batería de un vehículo eléctrico. Diferentes gestores, diferentes aplicaciones y, sobre todo, una red todavía escasa y no correctamente mantenida, pueden suponer todo un reto para los usuarios.
Sin embargo, por todo el mundo hay cientos de investigaciones y proyectos que prometen resolver la situación actual. La carga inalámbrica, sin cables, quiere ser una solución real y en Estados Unidos podrían haber descubierto la solución a todos los problemas.
El proceso de carga de un coche eléctrico no es una ciencia exacta. Cada vez que conectamos nuestro vehículo a un enchufe o a una estación de carga, hay múltiples variables que pueden alterar el ritmo de recarga, desde la temperatura de la batería, el nivel de carga de la misma o la potencia del punto. Todo eso influye positiva o negativamente para acortar o extender el proceso. Los investigadores tratan de que el proceso sea lo más estable posible con curvas de carga balanceadas que permitan recuperar autonomía rápidamente.
Proceso de carga por ondas electromagnéticas con una eficiencia del 96%
A veces solemos confundir potencia máxima de carga con ritmo de carga y son dos conceptos totalmente diferentes. Si bien un coche, por ejemplo, anuncia que puede cargar a una potencia máxima de 250 kW, la mayor parte del tiempo no aprovechará esa potencia. La curva de carga no es estable. Es incluso más importante mantener un buen ritmo durante mucho tiempo que tener un pico temprano y luego reducir la potencia.
Los sistemas de carga inalámbricos se han presentado como una alternativa, pero su eficiencia y rendimiento dejan mucho que desear, al menos hasta ahora. Investigadores de Oak Ridge National Laboratory (ORNL), en Estados Unidos, han encontrado la respuesta a todos los problemas.
"Hemos logrado la densidad de potencia más alta del mundo para un sistema de carga inalámbrica para esta clase de vehículos", ha comentado Omer Onar, investigador del ORNL. "Nuestra tecnología alcanza densidades de energía entre 8 y 10 veces mejores que la tecnología de bobina convencional y puede aumentar el estado de carga de la batería en un 50% en menos de 20 minutos".
El diseño pequeño y liviano de la bobina de acoplamiento electromagnético polifásico permite una mayor densidad de potencia dentro de las bobinas más pequeñas posibles. Los campos magnéticos giratorios generados por los devanados de fase de la bobina aumentan la potencia. "Este es un logro revolucionario y abre la puerta a una carga inalámbrica rápida y eficiente para vehículos eléctricos de pasajeros", dijo Onar.
Si bien las primeras noticias son prometedoras, todavía hay muchas incógnitas al respecto. ¿Es realmente efectiva la tecnología? ¿Resulta caro producirlo en serie? ¿Afectará al rendimiento de la batería?
Muchas compañías están interesadas en integrar la tecnología de carga sin cables. Tesla adquirió el año pasado una empresa alemana de carga inalámbrica denominada Wiferion, aunque acabó vendiéndola a los pocos meses. China, cómo no, ha sido la principal región del mundo en explotar la carga inalámbrica. Algunos coches eléctricos llegan de fábrica con la tecnología instalada, tales como el Geely EC-8 o el Changan CX30. Volvo ya la está probando en sus coches.