Según los principios de la termodinámica, un circuito cerrado nunca podrá generar más energía de la que consume. Es decir, parte de la energía se acaba 'desperdiciando' en forma de calor, por ejemplo en rozamientos o por puras ineficiencias del sistema en cuestión. Una persona, sin embargo, ha conseguido dar forma a un pequeño circuito hidráulico con el que presuntamente genera suficiente energía eléctrica como para alimentar una bombilla e incluso cargar un teléfono móvil.
Básicamente, el sistema está compuesto dos garrafas vacías, una pequeña bomba de agua similar a la de una pecera y dos inversores eléctricos. El agua se arroja desde la garrafa superior para dar comienzo al ciclo, en el que se mueve la turbina inferior que surte de energía la bomba de agua y que hacer subir el líquido a la garrafa superior. Aquí una segunda turbina entra en funcionamiento para generar la electricidad que luego usa para alimentar los elementos mencionados. El experimento le ha llevado a cosechar cientos de miles de visualizaciones en redes sociales.
Salvando las distancias entre un tipo de sistema y otro, existen centrales hidroeléctricas cuyo funcionamiento esencial es el mismo, aunque en estas se bombea el agua aprovechando el coste de la energía en momentos de baja demanda (por la noche, por ejemplo). Normalmente están diseñadas en torno a dos grandes presas situadas a distinta altura pero cercana una a la otra, bombeándose el agua a la presa superior cuando la electricidad tiene un coste bajo y vertiéndose a la presa inferior para generar energía cuando existen picos de demanda, contribuyendo a la estabilización de la red.
Aquí, por supuesto, existen pérdidas energéticas, pero quedan compensadas económicamente por la diferencia que existe entre el coste de la electricidad cuando es bombeada el agua y cuando se vierte.