Todos y cada uno de los fabricantes que en estos últimos años han intentado destronar al Porsche 911 con el lanzamiento de un deportivo diseñado para mejorar la receta de este mito alemán han fracasado. Jaguar lo intentó, por ejemplo, con los XK y F-Type, y Mercedes con el AMG GT, así como también lleva años fabricando el SL. Incluso Toyota quiso hacerlo a la japonesa con su marca de lujo, Lexus, a través, además, de una de sus mayores señas de identidad: sus motores híbridos. Sin embargo, el modelo, que fue presentado en 2016, no obtuvo de primeras toda la atención que merecía ya que, tanto por diseño como por tecnología de propulsión, a día de hoy podemos decir que fue todo un adelantado a su tiempo.
Se trata del Lexus LC, que fue y sigue siendo uno de los deportivos más raros, extravagantes y únicos que se podía y pueden adquirir. Porque sí, la marca sigue comercializando el modelo a pesar de no tratarse de un éxito comercial. Muestra de ello son sus cifras comerciales: según los datos facilitados por las marcas, de manera global el pasado año se matricularon 1.387 unidades del LC, mientras que Porsche hizo lo propio con 40.410 unidades de su 911.
A decir verdad, hay razones de peso más allá de su sistema de propulsión por las que el modelo nunca ha llegado a tener la recercusión de su máximo rival. Una de estas causas puede estar en su diseño, que, por muy trabajado que esté y por muy atractivo que pueda llegar a resultar a muchos, polariza opiniones. Es muy rasgado, muy japonés y muy radical en el sentido más arriesgado de la palabra, todo lo contrario al Porsche 911.
Por supuesto también se trata, por precio, de un modelo de gama alta, lo que limita su alcance comercial. Aunque inicialmente se anunció que costaría 120.000 euros, en España la versión más 'asequible', la Luxury, parte actualmente de 130.500 euros. Por encima, queda la línea Sport+, que pone más énfasis en la faceta deportiva del modelo y eleva su precio hasta los 142.500 euros.
Por soluciones y capacidades, el Lexus LC atiende al concepto de un deportivo de tipo GT, que son aquellos modelos enfocados a ofrecer confort en viajes largos sin dejar de lado la faceta deportiva o prestacional. Tiene cuatro plazas (las traseras para niños o uso ocasional) y un maletero de 172 litros, lo que da para albergar un par de maletas de cabina o varias bolsas blandas de viaje, nada más.
Mecánicamente, el LC, que en la versión híbrida se denomina LC 500h, hace uso de uno de los motores más duraderos y a la vez refinados que existen en el mundo: el V6 híbrido de Toyota. Tiene 3,5 litros de capacidad, respira de manera atmosférica y se coordina con un motor eléctrico de 132 kW para lograr una potencia total de 360 CV, lo que le otorga la capacidad de acelerar desde parado hasta los 100 kilómetros por hora en 5 segundos, mientras que anuncia un consumo homologado de 8,1 litros, una cifra contenida teniendo en cuenta el tipo de coche ante el que estamos y la potencia que logra.
Tal vez el único inconveniente de toda la cadena cinemática está en su transmisión, que es de tipo CVT, lo que unido al ya desfasado sistema de infoentretenimiento de su interior, conforman los dos mayores inconvenientes que plantea al usuario la potencial compra del LC 500h. Eso sí, a cambio se obtiene un exclusivo modelo del que apenas se verán otras unidades rodar por carretera, todo lo contrario que ocurre con cualquier versión del Porsche 911.