Fisker no puede asegurar que todo le vaya sobre ruedas. La compañía de coches eléctricos está atascada en la producción de su primer modelo: el Ocean. Pese a ello, la marca ya ha anunciado recientemente la llegada de nuevos modelos, como el PEAR, el Ronin o el Alaska, entre otros. Sin embargo, su primer y prometedor vehículo no termina de avanzar en su fabricación y entrega a clientes. ¿Se podría decir que Fisker ha vendido la piel del oso antes de cazarlo?
En las últimas semanas, Fisker ha lanzado algunos comunicados al respecto donde la reducción en sus estimaciones iniciales han protagonizado gran parte de ellos. El último ha llegado hace apenas unos días y nuevamente anuncian un recorte en sus previsiones. Todo ello con vistas a “preservar las reservas de efectivo”.
Algo no marcha en Fisker
Sobre este último comunicado, la marca asegura: “Hemos tomado una decisión estratégica para reducir la producción de diciembre para priorizar la liquidez y desbloquear más de 300 millones de dólares de capital de trabajo, lo que crea flexibilidad comercial adicional”. Todo esto se puede traducir en un nuevo recorte en los pronósticos de producción del modelo para todo el año 2023, algo que ya ha ocurrido en varias ocasiones.
Concretamente, Fisker habla ahora de una producción de alrededor de 10.000 unidades del Ocean, lo que supone algo más de una cuarta parte de las estimaciones iniciales. Recordemos que el pasado mes de febrero, Henrik Fisker, CEO y fundador de la empresa, informó de una acumulación de 65.000 reservas del SUV eléctrico, así como de la previsión de fabricar más de 42.000 unidades este año.
Esta cifra fue recortándose notablemente a lo largo del año, siendo en mayo cuando llegó el primer recorte. En dicho mes, la estimación se situó entre 32.000 y 36.000 coches. Posteriormente, en agosto plantearon un nuevo recorte hasta un margen de entre 20.000 y 23.000 vehículos. Por último, a mediados del pasado mes de noviembre, volvió a suceder y plantearon una horquilla entre las 13.000 y las 17.000 unidades.
Ahora, con los 10.000 coches previstos para 2023, sí parece que vaya a cumplirse, ya que a mediados de noviembre afirmaron que habrían alcanzaodo los 9.000 vehículos fabricados, 3.000 más que apenas dos meses antes (en septiembre). Pese a estas cifras, Fisker afirmó tambié en noviembre que había entregado alrededor de 3.000 unidades a sus propietarios.
“Nuestros equipos han trabajado duro para superar algunos desafíos de entrega temprana y ahora están marcando un ritmo impresionante mientras nos preparamos para cerrar 2023. Es posible que no hayamos alcanzado nuestro pronóstico inicial, pero, teniendo en cuenta las condiciones del mercado y los pronósticos negativos en cuanto a la venta de vehículos eléctricos, diría que lo estamos haciendo bastante bien, ya que continuamos acelerando las ventas y entregas del Fisker Ocean”, aseguró el CEO en su comunicado.
Según estas estimaciones, las entregas podrían alcanzar así una décima parte de lo previsto inicialmente, es decir, sobre 6.000 ó 7.000 matriculaciones en todo 2023. Desde la marca no explican cuál es el problema principal de todo esto: si es porque las reservas no derivan en unas ventas cerradas o porque están atravesando problemas logísticos en algún punto de su proceso productivo.
Sea como fuere, Fisker asegura que ya han comenzado a entregar las primeras unidades del Ocean Extreme y Ultra en Europa. “El objetivo es convertir a los titulares de reservas en pedidos cerrados. Por otro lado, estamos preparados para incrementar todas las cifras del proceso para 2024".
