Corren tiempos difíciles para Tesla. El mayor fabricante de coches eléctricos, el gran impulsó del cambio en la movilidad, no ha tenido el primer trimestre que todos esperaban. Si bien las ventas siguen cosechando buenos registros, los beneficios y la rentabilidad de la empresa han caído tras el drástico recorte en las tarifas de los coches. En pleno caos económico, Elon Musk se juega un buen pellizco de su fortuna. El empresario y actual consejero delegado de la empresa, lleva seis años sin recibir un dólar por su trabajo. La junta de accionistas tiene ahora que aprobar una compensación de miles de millones, aunque todo hace indicar que muchos de los inversores se van a oponer a la propuesta.
Hay que remontarse hasta 2018 para conocer los inicios de esta disputa legal que ahora tiene a muchos en vilo. Ya siendo una empresa consolidada en los mercados y en la bolsa de Nueva York, Elon Musk tenía que haber recibido de su empresa una transferencia de 55.800 millones de dólares. Si bien el salario oficial de Musk es cero, el director de la compañía percibe bonificaciones por el buen rumbo de la empresa. Es decir, su remuneración depende de los objetivos cosechados. Ni que decir tiene que Tesla ha conseguido todo lo que se ha propuesto y para muchos, Musk se merece todos y cada uno de esos dólares.
El cambio de sede no garantiza que Musk reciba su millonaria compensación
Sin embargo, no todos opinan igual. El pasado mes de enero un juzgado del Estado de Delaware, Estado en el que está consolidada Tesla como empresa, falló en contra del pago compensatorio a Musk. Entonces, muchos de los accionistas a favor de Musk promovieron acciones para cambiar el rumbo de la decisión. En las últimas semanas los inversores han estado votando a favor de aplicar importantes cambios en la estructura de la empresa. Dos decisiones se antojan fundamentales y conectadas. Tras conocer el fallo de la justicia de Delaware, Musk propuso al consejo mover la sede de la compañía del mencionado Estado a Texas, donde actualmente se encuentran las oficinas centrales.
Este movimiento es más importante de lo que muchos imaginan ya que la negación del pago a Musk sólo se aplica en Delaware, por lo que el CEO podría recibir, si nada lo remedia, su compensación tras el cambio de sede. El segundo elemento de votación es el citado pago por los objetivos conseguidos a lo largo de estos años. Si bien, en un principio, todo apuntaba a que la medida iba a aprobarse sin grandes oposiciones, surgen ahora nuevos enemigos en la disputa económica. Varios fondos de inversores han asegurado que votarán en contra del pago y animan a otros accionistas a seguir sus pasos ya que consideran el desembolso escandaloso teniendo en cuenta el estado actual de la empresa.
Por otro lado, Musk se mantiene en silencio al respecto y deja que sus seguidores hagan el trabajo sucio. A pesar de ese supuesto silencio, en los últimos días Elon Musk ha lanzado importantes amenazas. Como todos sabemos, Tesla confía gran parte de su futuro al desarrollo del software y a la Inteligencia Artificial. Sin embargo, Musk asegura que no se lanzará a tales objetivos a menos que tenga el control del 25% de la empresa. Es aquí donde entra en juego otra de las empresas fundadas por el hiperactivo empresario, xAI. La compañía, centrada en la Inteligencia Artificial, acaba de recaudar 6.000 millones de dólares en una nueva ronda de financiación con una valoración estimada de 24.000 millones. El juego es más que evidente.
La junta se reúne el próximo día 13 de junio y será entonces cuando Elon Musk sepa si recibe o no su bonificación de 55.800 millones de dólares. En caso de no recibirla podría ejecutar su amenaza de no apoyar el desarrollo de la Inteligencia Artificial a través de Tesla y hacerlo a través de la empresa que sí controla. Esto podría suponer un duro varapalo para los intereses comerciales de la compañía en un momento de suma delicadeza. Para ajustar las cuentas, Tesla ha despedido a más del 10% de sus trabajadores en todo el mundo. Miles de puestos de trabajo que no han quedado cubiertos y que han puesto en jaque divisiones completas y sumamente rentables como el departamento de Supercharger. En unos días conoceremos la decisión final y las medidas que Elon Musk tomará en consonancia.