Salvo en contadas ocasiones, la vida de un coche de combustión interna suele ser un quebradero de cabeza en lo relativo a mantenimientos y averías desde cierto kilometraje, mientras que una de las principales ventajas de la que presumen los coches eléctricos, a priori y teóricamente, es una vida útil casi libre de mantenimientos y con menos problemas dada su menor complejidad técnica. Como prueba de esto último, desde Estados Unidos llega la historia de un Tesla Model S que ha recorrido nada menos que 424.000 millas, que equivale a un total de 682.000 kilómetros.
El caso de este particular Tesla Model S de alto kilometraje ha sido compartido por el usuario de Youtube Branden Carlson, quien se desplazó hasta San Diego, en California, para ver qué tal es conducir un coche eléctrico con este recorrido a sus espaldas y ver qué reparaciones ha necesitado hasta este punto.
La razón por la que se aproxima ya a la marca de los 700.000 kilómetros es que el primer usuario del Model S protagonista fue propiedad de un conductor de Uber, y si bien actualmente no llega a seguir con la media de 112.000 kilómetros recorridos por año, sigue sumando millas a su marcador.
Tras 682.000 kilómetros era de esperar que el Model S en cuestión hubiera pasado varias veces por taller, y efectivamente así es, pero el kilometraje que tuvo lugar entre cada una de las ocasiones bien refleja la fiabilidad de este modelo, que además salió de fábrica con el paquete de garantía ilimitada, por lo que no se ha escatimado en reparaciones y sustituciones de componentes clave.
Más allá de elementos de desgaste, varios de sus componentes clave han sido sustituidos a lo largo del tiempo, pero llama la atención que el motor eléctrico trasero sigue siendo el mismo con el que salió de fábrica en 2015. No obstante, el motor eléctrico delantero fue sustituido nada menos que a los 611.000 kilómetros, según ha tenido acceso el youtuber.
En lo relativo a la batería, que suele ser el elemento que mayor desconfianza despierta entre los potenciales compradores, ésta no es la misma que el Model S en cuestión equipó originalmente, aunque fue reemplazada a los 402.000 kilómetros, una cifra que queda muy por encima de lo que es habitual en la vida útil de cualquier coche. Es más, esto significa que la vida de la batería que actualmente equipa este Tesla Model S es de casi 290.000 kilómetros.
Otros elementos que han sido reemplazados ha sido la suspensión, tanto delantera como trasera, al completo a los 600.000 kilómetros, así como el sistema de infoentretenimiento y el compresor del aire acondicionado a los 539.000 y 482.000 kilómetros, respectivamente. Al haber tenido todo lugar bajo garantía, el usuario no facilita coste alguno de los elementos que han sido sustituidos.
Puesto de mandos del Tesla Model S de 682.000 kilómetros.
Más allá de la técnica, este Model S deja ver el recorrido que lleva a sus espaldas en su interior, pues el tapizado de cuero de sus asientos denota un alto grado de uso, y más aún su volante, aunque tal vez no tanto como su kilometraje podría sugerir en primera instancia.