Los conductores tienen dudas a la hora de comprar un coche nuevo. ¿Qué coche me compro? es la gran pregunta en este momento. Aunque nos gustaría decir uno u otro, la realidad es que la respuesta está sujeta a muchas incógnitas y preguntas. Tipo de uso, fondo económico, necesidad de espacio… Ante semejantes dudas la opción más lógica es apostar por algún formato intermedio de electrificación, ya sea un híbrido o un híbrido enchufable. En Wolfsburgo están reforzando su apuesta por los vehículos PHEV, pero no por ello se olvidan de los eléctricos. Todo lo contrario. Volkswagen quiere pisar a fondo el desarrollo de coches eléctricos y recortar el tiempo de trabajo.
No se puede negar que Volkswagen está en una posición, cuanto menos, comprometida. El mayor fabricante de Europa y el segundo más importante a escala global está pasándolo mal. Ya en la era de Herbert Diess, el conglomerado apostó fuertemente por el desarrollo de coches eléctricos. El plan era dejar de lado los modelos térmicos para apuntalar la familia ID. Una arriesgada jugada que no está dando los frutos esperados. A pesar de ser el tercer mayor vendedor de coches eléctricos del mundo con casi 800.000 unidades matriculadas en 2023, el ingreso principal sigue proviniendo de los coches de combustión. La gama ID da poco dinero a la casa, si es que suma algo.
El tiempo de desarrollo se reducirá drásticamente
Nada parece desviar a los alemanes de su plan, aunque reconoce que la apuesta única del coche eléctrico está muerta. Volkswagen tiene que ofrecer lo que siempre se ha esperado de ella, coches de precio razonable con características superiores al estándar de la categoría. Así han triunfado productos como el Polo, el Golf y el Passat. Sin embargo, el coche eléctrico parece haber desviado ese rumbo. Sus vehículos, además de caros, ofrecen características inferiores a otros competidores. El volumen de ventas es bajo y nada parece indicar que vaya a aumentar rápidamente. Sólo la llegada de un coche eléctrico barato podría cambiar el sino de la división. Ese coche será el Volkswagen ID.1, el esperado vehículo eléctrico de menos de 20.000 euros.
Cabe la pena recordar que hace unos años los alemanes ya tenían un coche eléctrico pequeño y barato. Era el e-Up! Era bueno y razonablemente barato, de hecho fue un éxito inesperado, pero Volkswagen canceló el proyecto sin dar más explicaciones. En la sede quieren recuperar ese puesto, pero el problema es la rentabilidad ante tanta inversión. El tiempo medio de desarrollo de un coche es de cinco años. Desde que se diseña el primer boceto hasta que se produce la primera unidad. Durante un lustro las facturas se agolpan encima de la mesa. Horas de trabajo, millones de euros en inversión y miles de gastos secundarios. ¿Qué se puede hacer para bajar esa inversión?
Pues hay dos vías principales. La primera y más común es la asociación con otros fabricantes. Volkswagen ha estado a punto de llegar a un acuerdo con Renault para desarrollar ese coche eléctrico pequeño y barato que cambie el rumbo eléctrico. Sin embargo, las negociaciones no han terminado de la mejor forma. No habrá colaboración europea. Renault ya ha firmado con un nuevo socio, chino en este caso, mientras que Volkswagen ya ha dado el visto bueno para iniciar los trabajos. El eléctrico de masas alemán se llevará a cabo y lo hará en un tiempo récord. He ahí la segunda vía para reducir las facturas, el tiempo.
Como ya hemos dicho, el tiempo estándar de desarrollo es de 5 años, pero Volkswagen quiere que su coche eléctrico más barato se complete en 3. Casi la mitad de tiempo. Suele decirse que las prisas son malas consejeras y está claro que los alemanes quieren pisar a fondo el desarrollo. El objetivo es que el coche esté a la venta a finales de 2027. Ha sido el propio Oliver Blume el que ha confirmado la estrategia: "El VW de 20.000 euros establecerá estándares en términos de diseño, calidad, equipamiento y tecnología a un precio atractivo". Muchas promesas y poco tiempo para cumplirlas. Mientras tanto otros fabricantes siguen la misma senda de abaratar los productos. ¿Qué debemos esperar de todo esto? No lo sabemos, sólo el tiempo resolverá la incógnita, pero está claro que ahorrar en desarrollo no siempre ha traído los mejores resultados.