Por todos lados nos llegan señales contradictorias. Comentarios y declaraciones que se oponen a la realidad. Ni siquiera las marcas tienen claro qué rumbo tomar en la actualidad. Europa está sumergida en la eterna duda. Las normas indican que los eléctricos deben tomar el control de la movilidad, pero los conductores no están tomando esa salida. Muchos se mantienen fieles a la combustión y eso obliga a las marcas a cambiar de ruta sobre la marcha. Volkswagen tiene asumido que su futuro es eléctrico, pero no se ha olvidado de los térmicos. No puede. En Wolfsburgo gastarán miles de millones en mantener con vida los motores de combustión.
Si echas un vistazo rápido a las noticias que hemos publicado sobre Volkswagen en las últimas semanas verás que hay un denominador común. El 2024 promete ser un año duro para los coches eléctricos. Las ventas se están frenando y los fabricantes están recibiendo señales claras por parte de los mercados. El coche eléctrico todavía no está listo para ser la alternativa para la mayoría de los conductores. A pesar de ello, los máximos responsables de las marcas no pueden olvidarse de la electrificación. Cientos de millones de euros, por no decir miles, están invertidos en una estrategia dirigida desde Bruselas. Nadie sabe cómo afectarán los resultados de las elecciones a dicho rumbo.
60.000 millones en desarrollo de motores de combustión competitivos
Los fabricantes tradicionales se enfrentan a numerosos retos. China está ganando la batalla. Desde Oriente llegan noticias de grandes desarrollos y precios que las marcas europeas no pueden igualar. Los costes de producción disparan la cotización de los coches y resulta muy difícil tomar una decisión. Si lo apuestas todo al coche eléctrico puede que tus ventas y tu rentabilidad caigan. Mantenerse firme con la combustión no es una respuesta mucho mejor. Sigue siendo muy pronto para abandonar los motores térmicos y Volkswagen lo sabe. Por eso, los alemanes gastarán un tercio de su presupuesto de 9 cifras para la división de eléctricos.
Es decir, Volkswagen empleará un buen pellizco de sus eléctricos para mantener con vida los térmicos en pleno proceso de desaceleración de ventas. No hablamos de cifras discretas. En Wolfsburgo tienen reservados 180.000 millones de euros para el desarrollo de vehículos eléctricos de nueva generación, pero tal y como ha anunciado el propio director financiero de la casa, Arno Antlitz, la casa germana tiene pensado gastar 60.000 de esos euros en “mantener competitivos nuestros coches de combustión”. Está claro que Volkswagen tiene que satisfacer las necesidades de sus clientes. La combustión no ha dicho su última palabra.
Tampoco lo han hecho las soluciones intermedias a la total electrificación. El CEO de la casa, Thomas Schäfer, ha asegurado que los híbridos y los híbridos enchufables son hoy por hoy lo que quiere la gente. No hay que olvidar que a finales del año pasado el propio Schäfer definió a los coches de combustión como “tecnología obsoleta”, aunque más recientemente ha comentado que la idea de apostarlo todo al coche eléctrico, actualmente, está muerta. Por fin, las marcas se están dando cuenta que la mejor solución para el futuro es apostar por varias opciones mecánicas. Es una jugada arriesgada y cara, pero son los conductores los que mandan en esta partida, no Europa. Bruselas puede poner las normas, pero el mercado dictamina si las acata o no. Por el momento no parece estar haciéndolo.