Las alianzas están a la orden del día. La llegada del coche eléctrico ha sacudido la industria. El avance inexorable de las ventas electrificadas ha cogido a muchos fabricantes por sorpresa y todos ellos buscan socios con los que aliarse para compartir los ingentes gastos de desarrollo y producción. La unión de Volkswagen y Ford en Europa ha sido una de las más fuertes, pero ahora todo parece tambalearse. El Ford Explorer es el primer coche nacido de ese matrimonio de conveniencia que hoy vive su primera gran crisis. ¿Cuáles son los motivos?
El viernes pasado nos despertamos con un importante anuncio por parte de la marca americana. Los de Detroit, aparentemente de forma unilateral, han tomado la decisión de retrasar medio año la llegada de su primer eléctrico exclusivo para Europa, el Ford Explorer. Hace unos meses que conocimos al SUV eléctrico nacido de la asociación con el mayor fabricante del Viejo Continente. En un gran acuerdo, Volkswagen y Ford sellaron una colaboración histórica para compartir tecnologías y desarrollos. Los americanos entregaban el Ford Ranger a los alemanes y estos, a su vez, proporcionaban la plataforma, los motores, la batería y la electrónica para dos modelos eléctricos.
Todo parecía ir como la seda, pero en los últimos días los rumores se han disparado. Los americanos no están nada contentos con lo que le han ofrecido sus socios. No es ningún secreto que Volkswagen lleva meses, por no decir años, de retraso en el desarrollo del software específico para coches eléctricos. Porsche y Audi están siendo los principales damnificados. Esa puede que sea una de las razones por las que Ford se haya visto obligada a retrasar la fecha de lanzamiento del producto estrella del año en Europa, aunque numerosas fuentes apuntan en otra dirección.
Las nuevas especulaciones se centran en la batería. Tal y como recoge el medio alemán, 24RHEIN, un portavoz americano afirma que el Explorer podría usar una pila diferente a la de Volkswagen ya que esta no cumple con los nuevos reglamentos europeos recogidos en la norma ONU 100.3/ECE-R 100.3. A partir del 1 de septiembre sólo será posible matricular los coches eléctricos que cumplan con ella. Sin embargo, esta contrariedad despierta otra duda. De ser cierta esta afirmación, Volkswagen tampoco podría matricular coches eléctricos a partir de septiembre, algo que parece muy poco probable.
Otro medio alemán, Frankfurter Allgemeine Zeitung, apunta en otra dirección. Ford, desde su sede en Michigan, podría haber tomado la decisión unilateral de apostar por otra batería para el Explorer. Una pila más alineada con la estrategia eléctrica de la compañía en el futuro. Esta posibilidad presenta razones de diferente índole. Por un lado, Ford se ha comprometido con Volkswagen a emplear su tecnología durante los próximos años. El acuerdo contempla la producción de 1.2 millones de unidades eléctricas de dos modelos, el Explorer y otro que todavía está por desvelarse.
De ser ciertas las últimas afirmaciones, en Wolfsburgo no estarán muy contentos con la decisión americana al dejarles en una posición comprometida. Otro problema es la cadena de suministros. Buscar un socio externo podría alterar el flujo de producción y encarecer el precio final de un producto que se antoja esencial en la estrategia de Ford. Por el momento, no hay nada claro al respecto. Los rumores apuntan en varias direcciones. Esta no es la primera vez que escuchamos que Ford no se casará exclusivamente con Volkswagen en Europa. A principios de este año, los americanos ya dejaron caer la posibilidad de desarrollar coches eléctricos sin la tecnología alemana.