Lotus ha anunciado en el Salón de Shanghái el lanzamiento de su primer vehículo totalmente eléctrico, el hiperdeportivo Type 130, que será presentado oficialmente a finales de año en Londres. El fabricante británico, propiedad del grupo chino Geely, dijo que el nuevo automóvil se encuentra en “etapas avanzadas de desarrollo” y que se fabricará en Inglaterra.
El Type 130 marca el regreso de Lotus después de un período de problemas económicos y un cambio de propietario al ser adquirido por Geely en 2017. El hipercoche será el primer vehículo totalmente nuevo de Lotus en 11 años y, según la firma británica, representará un punto de inflexión para la fabricación de los próximos coches.
“Es una declaración de intenciones: la electricidad es parte de la estrategia en el futuro”, dijo el CEO de Lotus, Phil Popham. El ejecutivo aseguró que varios clientes se han mostrado interesados en adquirir el Type 130, aunque aclaró que el número de producción será muy bajo. La firma británica explicó que los detalles técnicos del vehículo se darán a conocer a finales de este año en Londres.
El Type 130 llega como resultado del impulso renovado de Lotus tras la inyección de 1.500 millones de libras esterlinas (1.730 millones de euros) por parte de Geely para que la firma británica gane relevancia en los mercados de Estados Unidos y China. El año pasado, Lotus apenas vendió 1.630 vehículos a nivel mundial, 228 de ellos en Estados Unidos. “Estamos bien valorados en Estados Unidos, pero hay poca familiaridad con la marca”, reconoció Popham. “Nos consideramos una startup de 71 años”, añadió.
El CEO informó que en los próximos cinco años contratarán a 500 nuevos empleados, que se sumarán a la plantilla actual de 1.100 trabajadores, para las oficinas de Reino Unido, Detroit y China. Además, Popham adelantó que Lotus tiene planes de construir un SUV en el futuro.
Geely, también propietaria de Volvo y Polestar, sigue invirtiendo con fuerza en sus distintas marcas y en sus instalaciones. Actualmente está construyendo una fábrica de 1.300 millones de dólares (1.150 millones de euros) en la ciudad china de Wuhan, mientras que en Hong Kong, sede central de la compañía, cuenta con una pista de prueba de vehículos de 3.7 kilómetros.
