Los objetivos de la Unión Europea para reducir las emisiones contaminantes en vehículos siguen evolucionando, tanto que el próximo 14 de julio se decidirá si se reducen completamente las emisiones para el 2035, lo que en la práctica se traduciría como la prohibición de los coches y furgonetas que no sean eléctricos.
En un impulso prácticamente sin precedentes de cara a tener un transporte por carretera completamente neutro en emisiones de CO2, la Comisión Europea planea obligar por ley a eliminar por completo las emisiones de coches y furgonetas. La idea es hacerlo en dos fases: en la primera está previsto reducir las emisiones en un 65 % para el año 2030. El segundo objetivo es reducir las emisiones en un 100 % a partir de 2035, es decir, reducirlas por completo.
Esto supondría de facto la prohibición de coches y furgonetas que no sean eléctricos. Un endurecimiento de las normativas actuales que vendrá acompañado de una serie de regulaciones para obligar a los gobiernos nacionales a mejorar la infraestructura de recarga para vehículos eléctricos.
Bajo el nombre 'Fit for 55', este paquete de medidas se dará a conocer el próximo 14 de julio, pero han salido a la luz algunas de las medidas que se plantean en el texto. En lo relativo a facilitar e incentivar el despliegue de vehículos eléctricos con cero emisiones locales, la Unión Europea exigirá a los Estados miembros que garanticen la instalación de puntos de recarga rápida cada 60 kilómetros en las principales carreteras de cada país. También está previsto exigir por ley la instalación de una hidrogenera cada 150 kilómetros para coches eléctricos con pila de combustible (FCEV).
Dicho paquete, que como decíamos anteriormente se hará público esta semana, también incluye propuestas para reforzar y ampliar el mercado de emisiones de carbono, revisar las normativas fiscales para desincentivar el uso de combustibles fósiles e imponer la primera tasa climática del mundo sobre determinados bienes altamente contaminantes que se introducen en la región. También pretenden aumentar hasta el 40 % la proporción de energía renovable empleada por los Estados miembros de la Unión Europea (desde el 32 % actual) para finales de esta década. El objetivo último de la Unión Europea en la lucha contra el calentamiento global es que Europa se convierta en el primer continente con emisiones netas en 2050, de acuerdo a su Pacto Verde.
La ley revisada sobre energías renovables fijará objetivos para el uso de combustibles sostenibles en el transporte, los sistemas de calefacción y aire acondicionado (u otros aparatos de refrigeración), los edificios y la industria. No obstante, el documento todavía puede modificarse antes de que el paquete sea aprobado por la Comisión.