Al fin se ha aprobado lo que durante meses ha sido una propuesta. La Comisión de Medio Ambiente de la Unión Europea ha votado a favor de prohibir la venta de vehículos diésel y gasolina a partir del año 2035. Una medida que se suma a otras y que determina un rumbo fijo para fabricantes y conductores durante los próximos años. Tan sólo falta la aprobación por parte del Parlamento Europeo, lo que no se espera que suponga una gran confrontación a la medida.
El miércoles 11 de mayo de 2022 pasará a la historia en Europa por convertirse el día en el que se dio el paso definitivo para cesar la venta de vehículos contaminantes. Un horizonte, 2035, que marca la agenda de los fabricantes, los cuales tendrán que cumplir no solo con la determinación de prohibir los motores de combustión, sino que además tendrán que satisfacer otras exigencias aprobadas por la Comisión de Medio Ambiente de la Unión Europea.
En borradores previos la propuesta de ley ponía como límite el año 2040, pero finalmente se ha determinado que el radical paso deba darse en 2035. En muchos de los países de la Unión Europea el parque automovilístico tiene una edad media de ocho años, mientras que en España esa cifra se dispara hasta casi los 13 años de media. Eso supone que para muchos conductores su coche actual será el último en emplear combustible, debiendo dar el salto a lo 100% eléctrico en su próxima compra.
Otras medidas aprobadas
Además de prohibir la venta de vehículos diésel y gasolina para el año 2035, la Unión Europea ha acompañado la votación con la prohibición de vender coches que empleen biocombustibles. Los denominados e-fuels finalmente no verán la luz del día, tal y como muchas marcas deseaban. Porsche y Audi han invertido grandes cantidades de dinero en el desarrollo de los llamados combustibles del futuro, pero la medida echa por tierra todo el trabajo y el capital invertido. Sin dar la más mínima explicación, la UE ha borrado del mapa esta medida tan prometedora.
También se ha aprobado la entrada en vigor de nuevos límites de emisiones a partir de 2025. Tras la votación se ha determinado que a partir de ese año la reducción de emisiones contaminantes sea de un 20% para los turismos y en un 15% para los vehículos industriales. Actualmente la normativa marca un registro máximo de 95 gramos de CO2 por kilómetro para los turismos y de 147 gramos de CO2 para los vehículos industriales.
Por último, la normativa exigirá a los fabricantes un nuevo esfuerzo intermedio a partir de 2030. Tras eliminar los límites intermedios, la siguiente década arrancará con la prohibición de comercializar cualquier vehículo que exceda los 123 gramos de CO2 por kilómetro. Esta medida supondrá un duro revés para la gran mayoría de los coches actuales, a los que se les exigirá electrificarse en gran medida. En las próximas semanas el Parlamento Europeo aprobará todas las decisiones tomadas por la Comisión, por lo que la nueva normativa entrará en vigor.