Durante los últimos años, la industria del automóvil ha aspirado a que los coches eléctricos equiparasen sus precios a sus equivalentes de combustión una vez que el precio de la batería ya empaquetada alcanzase el umbral de los 100 dólares por kWh. Este hito estuvo cerca de alcanzarse hasta los acontecimientos de los últimos tiempos. La pandemia y la interrupción de la cadena de suministro han provocado que los precios de las materias primas se hayan disparado desde entonces. El aumento de los precios del níquel, del cobalto, el níquel y otros metales cruciales para la producción de las baterías de los vehículos eléctricos hace que sea imposible reducir los precios de los vehículos eléctricos.
El fabricante de baterías más grande del mundo, CATL, ha anunciado que renegoció los precios con sus clientes para abordar la presión de la cadena de suministro. CATL es, por ejemplo, el principal proveedor de baterías de Tesla, lo que significa que los precios de sus vehículos eléctricos probablemente seguirán aumentando, lo que supone un duro golpe para alcanzar la paridad de precios con los vehículos de combustión.
Tesla ya ha reconocido este incremento de precios de los materiales y lo ha tenido en cuenta. El fabricante ya ha aumentado los precios varias veces en lao últimos meses. El Model 3 más asequible cuesta ahora 51.990 euros en España (para la versión con tracción trasera) lo que lo aleja significativamente de los 35.000 dólares anunciados por Elon Musk para la versión base.
La previsión es que los precios seguirán subiendo en los próximos meses con una tendencia bastante rápida. La propia CATL ha anunciado una subida de los precios de sus baterías durante la presentación de sus resultados económicos del primer trimestre de 2022. CATL ha renegociado los precios con sus clientes en función de los previsibles aumentos de sus costes en materias primas. El fabricante chino ya no puede absorber estos incrementos de la cadena de suministro en sus líneas de producción, y ha empezado a transferirlos algunos de ellos a sus clientes.
Precisamente, los resultados económicos de CATL son una muestra de lo que está ocurriendo en la industria de las baterías. Los costes operativos de CATL crecieron un 199 % interanual debido al incremento de la producción y a la subida del precio de los materiales. A pesar de un importante aumento en la facturación, los beneficios se han desplomado en relación con lo ocurrido hace un año.
En el cómputo interanual sus ingresos crecieron un 154 % respecto al primer trimestre de 2021 y un 15 % menos que el cuarto trimestre del año pasado. Sin embargo, el beneficio neto fue un 24 % menos que el año anterior y un 82 % menos que el pasado trimestre. La subida de los precios de los materiales es la principal causa de este desequilibrio en sus resultados económicos.