El fabricante alemán Akasol ha confirmado oficialmente la construcción de una nueva fábrica de baterías en Estados Unidos con una capacidad total de producción de 300 MWh al año. La nueva instalación iniciará su trabajo a finales de 2019. El destino de estas baterías serán, sobre todo, autobuses eléctricos y grandes vehículos comerciales.
Durante la celebración el pasado septiembre del Salón de Vehículos Comerciales IAA en Hannover, Sven Schulz, CEO de Akasol, ya insinuó sus intenciones de expandir su mercado a Estados Unidos. Ahora la empresa lo ha confirmado oficialmente con el nombramiento de Roy Schulde como director gerente de la filial estadounidense.
La planta diseñada por Akasol para Estados Unidos tendrá una capacidad de producción de 300 MWh, igualando a la que hoy en día tiene su fábrica situada en la ciudad alemana de Langen, en Hesse, en la que invirtió más de 10 millones de euros. Para ella, Akasol ya tiene previsto duplicar la producción en 2020, hasta los 600 MWh pudiendo suministrar baterías para 3.000 vehículos comerciales eléctricos o híbridos cada año.
Según explica el propio Schulz, la expansión a Estados Unidos "es extremadamente importante en la estrategia de crecimiento de AKASOL". Su mercado de vehículos eléctricos, tanto de automóviles como de vehículos comerciales, es uno de los más importantes del mundo. La puesta en marcha de esta nueva fábrica es "un hito importante en la historia de nuestra empresa", ha añadido.
La empresa alemana basará este crecimiento en el suministro de baterías para autobuses eléctricos y grandes vehículos comerciales. Hace unos meses, Akasol, en colaboración con Daimler, anunció que había logrado aumentar la capacidad de sus baterías para autobuses eléctricos en un 35%, pasando de 243 a 330 kWh, sin necesidad de modificar ni la forma ni el peso del paquete completo. Este incremento se ha logrado aumentando cada uno de los 10 módulos que forman sus baterías de 25 kWh a 33 kWh, gracias al uso de nuevas químicas, la optimización del sistema de gestión de la batería y la modificación de su arquitectura mecánica. La autonomía que puede lograr un autobús eléctrico de tamaño medio con ellas será de entre 200 y 250 kilómetros.
Precisamente en estos días el gobierno alemán ha aprobado una inversión de 1.000 millones de euros destinada a la investigación en el campo de las baterías de litio con electrolito sólido con el fin de reducir la dependencia de los proveedores asiáticos y proteger su industria automovilística.