La contaminación en las ciudades es uno de los aspectos más peligrosos para la salud de las personas y, sobre todo en grandes ciudades, reducirla es un reto importante al que la población debe enfrentarse en los próximos años. Mientras que en muchas ciudades, como Madrid y Barcelona, hay medidas de restricciones aprobadas para los días con niveles más altos de contaminación, la industria de la automoción avanza hacia un futuro donde, primero los híbridos y después los eléctricos, sustituirán a los motores de combustión tradicionales.
Sin embargo, no es solo de los particulares y sus coches el problema, por lo que la administración debe hacer esfuerzos para electrificar también el transporte público. Si bien es cierto que ya hay grandes y medianas ciudades en España, como Madrid, Bilbao o Barcelona, que ya apuestan por introducir algunos autobuses eléctricos en su servicio, los buses propulsados por diésel, carburante especialmente nocivo para las personas, siguen siendo los más comunes en las ciudades españolas.
Las ventajas económicas del bus eléctrico
Según un estudio de Bloomberg New Energy Finance (BNEF), respaldado por el Grupo de Liderazgo Climático, constituido por un grupo de ciudades de todo el mundo que buscan la reducción de las emisiones en las ciudades, los autobuses eléctricos tienen muchos menos costes operativos, y aún pueden reducirse, que los autobuses tradicionales. Según el estudio, además, el coste total de propiedad (TCO) de todas las configuraciones de autobús eléctrico es menor que el de los buses diésel.
Comparativa de los costes totales de operación de los autobúses eléctricos (según la capacidad de sus baterías y su sistema de recarga) y los diésel.
El documento apunta que, como ejemplo, en una ciudad mediana, donde un autobús recorre 170 km al día para un total de 60.000 km al año, un autobús con una batería pequeña de 110 kWh equipado con el sistema más caro de carga inalámbrica tiene un TCO menor, aunque similar, al de un autobús diésel. De hecho, todas las comparativas favorecen a los autobuses eléctricos delante de los diésel o de los híbridos de gas en cuanto al coste total de propiedad. El estudio ha tomado como datos precios de carburante y energía de Estados Unidos para realizar el estudio.
Paridad de precios en 2030
Aunque el estudio prueba que, a la larga, los eléctricos son más sostenibles y suponen un ahorro para las empresas que los compran, hay algunos retos a los que la electrificación, tanto de buses como de vehículos, debe enfrentarse. El principal problema es el coste a la hora de comprar el vehículo, ya que, de momento, su precio es más elevado en comparación con un vehículo equivalente con motor de combustión. Están apareciendo nuevas maneras de negocio para afrontar este problema, pero todo indica que será con el tiempo, cuando se equiparen los precios, cuando se empezará a apostar decididamente por la movilidad eléctrica.
Los 10 países europeos con la mayor flota de autobuses híbridos enchufables y eléctricos.
Según el estudio de BNEF, la paridad de precios llegará, aproximadamente, en 2030, cuando el precio de sistema eléctrico representará solo el 8% del precio total del vehículo, en 2016 era el 26%. El estudio apunta que una demanda más elevada conseguiría igualar los precios antes, a mediados de la década de 2020. De hecho, en una estimación aún más optimista, el fabricante MAN cree que podrían equipararse antes, en 2023.
Sin embargo, ¿no será demasiado tarde en 2030? Aunque no se puede dar una respuesta segura a esta pregunta, expertos y científicos de todo el mundo apuntan que la contaminación en las ciudades ya es un riesgo para la salud tan importante como algunas enfermedades. De hecho, según estimaciones, en España mueren al año 24.000 personas por culpa problemas causados por la contaminación del aire.