Las limitaciones actuales de la aviación eléctrica están relacionadas con las necesidades energéticas de las aeronaves, que obligan a implementar baterías de gran capacidad y por lo tanto muy pesadas. La mayoría de las propuestas relacionadas con la aviación eléctrica buscan habilitar vuelos eléctricos de corta duración, sobre todo para viajes urbanos. En este contexto, los aviones eléctricos eVTOL, de carácter urbano, son la mejor respuesta, porque puede acomodarse a la arquitectura de las ciudades utilizando las azoteas de los edificios para operar. En este escenario, Electra propone una nueva solución basada en la tecnología de elevación por soplado.
La tecnología STOL (Short Take-Off and Vertical Landing, despegue corto y aterrizaje vertical) no es nueva. Gracias a ella algunos aviones para despegar de una pista de aterrizaje corta o no preparada y para aterrizar verticalmente. El propósito de los flaps soplados es redirigir el aire generado como resultado del movimiento hacia adelante a través de las boquillas situadas sobre el borde trasero del ala, aumentando el coeficiente de sustentación.
El primer concepto de un flap jet, un tipo de flap soplado internamente, se probó en un avión experimental Hunting H.126 en los años 60. Desde entonces, se han utilizado flaps internos en algunos aviones terrestres con base en portaaviones como el Lockheed F-104, el Blackburn Buccaneer, y en ciertas versiones del Mikoyan-Gurevich MiG-21.
En el caso del vehículo de despegue y aterrizaje corto de Electra, el mecanismo de elevación soplado permite una operación segura y eficiente energéticamente en pistas de despegue más cortas que lo mide un campo de fútbol, lo que habilita ubicaciones como las azoteas de algunos edificios o las de los estacionamientos.
El avión cuenta con ocho motores eléctricos alimentados por una combinación de baterías y un pequeño turbogenerador. Esto significa que el STOL no requerirá ninguna infraestructura de carga específica porque las baterías se recargarán en pleno vuelo.
El objetivo de Electra es que su avión requiera mucha menos potencia para despegar que las variantes de despegue y aterrizaje vertical. Con su solución sería posible reducir el tamaño de las baterías y por lo tanto su peso, aumentando el número de pasajeros y la carga, ya que la energía necesaria para el despegue es muy inferior. Su avión es capaz de navegar a velocidades inferiores a 48 km/h (30 mph) y alcanzar una velocidad máxima de 322 km/h (200 mph). Además, también promete una autonomía bastante mayor que la que especifican las soluciones actuales, ya que puede transportar a siete personas más un piloto en una distancia de más de 800 kilómetros.
Por ahora, el avión híbrido-eléctrico STOL de Electra es solo una propuesta de diseño, pero la compañía ha confirmado que actualmente está trabajando en la puesta a punto de un avión demostrador de su tecnología. En él, Electra planea comenzar los vuelos de prueba con como primer paso para lograr la certificación en 2026.