Las grandes empresas relacionadas con la aviación como Airbus, Boeing o Rolls Royce están desarrollando sus primeros prototipos de aviones eléctricos, todavía de pequeño tamaño, pero con la vista puesta en un futuro no tan lejano. Mientras, algunas pequeñas empresas están logrando avances importantes y ya han realizado con éxito sus primeros vuelos de prueba que anuncian un futuro prometedor.
La investigación y desarrollo está dando lugar a nuevas tecnologías que el instituto IDTechEX de Cambridge ha recopilado y analizado en un informe llamado Manned Electric Aircraft 2020-2030 (Aviones eléctricos tripulados 2020-2030). En él se examina cada una de las opciones de propulsión alternativa con detalle proporcionando una hoja de ruta temporal que va de menor a mayor complejidad tecnológica y porcentaje de electrificación. Se explican conceptos tales como el empuje distribuido con múltiples propulsores, el empuje iónico, el ascenso y el deslizamiento, las celdas de combustible criogénicas, los motores superconductores, las hélices regenerativas o los fuselajes solares.
Paralelamente, y para lograr la independencia energética es necesario el desarrollo de sistemas de almacenamiento de energía eléctrica a base de baterías, motores más eficientes, electrónica de potencia más avanzada y sistemas de recuperación de energía. El informe divide la situación de desarrollo de la aviación eléctrica en tres categorías.
Ahora es el momento de las aeronaves eléctricas de baja potencia, ala fija, silenciosas, cero emisiones, y que no dependen de la cadena de suministro de combustible, ofreciendo un menor costo total de propiedad. Su utilidad principal será como naves para la adaptación y formación de los pilotos que el sector requerirá en los próximos 20 años. Además favorecerá el auge del elevado coste que suponen los vuelos de ocio.
Los taxis aéreos con horarios de vuelo fijo utilizados para actividades turísticas e incluso comerciales, comienzan a ser viables. Así, por ejemplo, el fabricante estadounidense Bye Aerospace ya cuenta con más de 165 millones de dólares en pedidos de sus aviones eléctricos eFlyer .El negocio emergente de los aviones eléctricos tripulados representa todavía menos del 1% del mercado acumulable.
Dentro de 10 años, el cielo se poblará de aviones de ala fija más grandes, con menor coste de operación y más versátiles. La potencia necesaria para sostener un avión en el aire aumenta desproporcionadamente con el tamaño, pero según IDTechEX el avance de la tecnología los hará viables. Por eso primero llegarán los aviones híbridos, todavía muy ruidosos, pero que serán capaces de reducir las emisiones, hasta que paulatinamente vaya incrementándose el porcentaje de electrificación.
¿Qué ocurrirá con los aparatos tipo VTOL de despegue y aterrizaje vertical, similares a drones pero con capacidad para transportar personas y hacerlo de forma autónoma? Los vuelos sobre las áreas urbanas no están permitidos: un fallo de alimentación puede ser catastrófico, vuelan demasiado bajo para permitir abrir un paracaídas y además no tienen la posibilidad de planear para buscar un lugar donde aterrizar de forma segura. Necesitarán una regulación y resolver los problemas de seguridad, los costes del sistema, el control de tráfico aéreo y otros problemas que conllevan.
En el capítulo final, el informe de IDTechEx analiza los detalles de los proyectos de diez desarrolladores y fabricantes importantes incluyendo sus puntos de vista y sus programas de I+D. Incorpora ejemplos de las actividades recientes, entrevistas e ilustraciones que facilitan la comprensión de cada tecnología, desde la reducción del tamaño de las baterías hasta la transferencia de tecnología desde los aviones no tripulados e, incluso, de los avances de Tesla relacionados con la propulsión eléctrica.