La NASA, la agencia aeroespacial más conocida del planeta, lleva varios años metida de lleno en la investigación y el desarrollo de propulsores eléctricos de enorme potencia, de cara a proyectar un futuro más verde en lo que determina la movilidad aérea. En los últimos días se ha dado a conocer que esta agencia norteamericana ha destinado una importante suma de dinero hacia la investigación de dichos motores.
Pero ahora, desde la NASA quieren ir un paso más allá y realizar un avance significativo en el desarrollo de los aviones comerciales eléctricos. Para ello han anunciado una importante adjudicación económica para dos empresas: GE Aviation y MagniX USA. El valor económico reportado es de 179 millones de dólares y 74,3 millones de dólares, respectivamente, lo que supone una cantidad total de 253,3 millones de dólares. Las firmas que recibirán esta suma económica son de sobra conocidas en el sector de la movilidad eléctrica. MagniX, por su parte, ya presentó el pasado año su primera avioneta eléctrica con la que realizó su primer vuelo de pruebas con un completo éxito.
Esta inversión ha sido proporcionada con la condición temporal de 5 años a partir de ahora, donde deberán aportar importantes avances en la materia en dicho tiempo. Esto se presentará en forma de demostraciones reales tierra-aire, junto a diferentes tecnologías de propulsión de aeronaves electrificadas (EAP) integradas sobre aviones comerciales. Por parte de la NASA se tomará la responsabilidad de ayudar en materia de lo necesario en dicho desarrollo, la instrumentación de pruebas de vuelos y en los análisis de los datos reportados por las diferentes aeronaves.
La NASA ya recibió hace dos años su primer avión eléctrico experimental, llamado X-57 Maxwell Mod II. Aquel modelo asentó las bases de lo que sería la movilidad aérea eléctrica en los próximos años. Este incorporaba un sistema de propulsión que contaba con un peso total de las baterías de 390 kilos. Gracias a este, era capaz de alcanzar una velocidad máxima de 276 km/h y volar a una altura de 2.400 metros.
Varias empresas se encuentran trabajando a día de hoy sobre este tipo de movilidad. De hecho, aquí nos hemos hecho eco de sus agigantados pasos en cuando a la innovación que presentan. Hace apenas unos días, ya informamos sobre el exitoso vuelo inaugural del primer avión eléctrico de Rolls-Royce, el cual está diseñado para hacerse con el récord mundial de velocidad sobre una aeronave de este tipo. También se encuentran inmersos en la asociación junto a la aerolínea noruega Widerøe, con la que pondrán en servicio su primer avión comercial de pasajeros eléctrico en el año 2026. En cuanto a los avances en el apartado de motores, desde Wright Electric también informaron sobre el inicio del desarrollo de un motor eléctrico de 2 MW de potencia para aviones.
En cualquier caso, ya vemos como este es un terreno en el que aún hay mucho trabajo por delante, pero la cada vez mayor presencia de inversiones de grandes firmas multinacionales están facilitando el camino de cara a un futuro aéreo de emisiones completamente netas. Expertos en la materia apuntan hacia final de esta década como el momento en el que podremos realizar los primeros vuelos comerciales eléctricos.