Las dos embarcaciones de 77 y de 100 pies de eslora cuentan con un sorprendente sistema de paneles solares despegables que permite la navegación de crucero a un máximo de 8 nudos en modo 100% eléctrico. Por otra parte, un novedoso sistema, permite que la plataforma de baño sea utilizada como ascensor para acceder a la cubierta o al flybridge.
El Ingeniero Maurizio Fabiani nació en un astillero, literalmente. Sin lugar a dudas aquí nació también su afición, a la cual regresó después de pasar por el mundo del motociclismo, empresas petroleras y químicas. Inclusive el desarrollo de un proyecto propio de gran envergadura que acabó vendiendo para consagrarse a la pasión de toda su vida, la navegación.
El Fabiani Yachts tienen muy clara la idea que en este momento en el que centenares de estudios de diseño de todo el mundo luchan por hacer embarcaciones bellas, diseñar y construir una embarcación bajo esta única premisa es una tarea de muy poco probable éxito. Por otra parte, Maurizio Fabiani siempre fue muy consciente de la necesidad de hacer un cambio en la industria de la náutica hacia la navegación sostenible. Por este motivo orientó su investigación hacia la sostenibilidad como premisa principal. Durante tres años realizó un profundo estudio de las posibilidades de diseñar y construir una embarcación lo más amigable con el medio ambiente como fuera posible y, a su vez, consciente de la transición necesaria entre la utilización de motores térmicos y los 100% eléctricos, principalmente en las grandes esloras.
Ambos proyectos contemplan motores diésel de gran tamaño para cuando exista la necesidad de navegar a altas velocidades, pero para navegar a una velocidad razonable solo utilizaría la energía eléctrica. Durante los años de estudio realizados a fin de asegurar la viabilidad, como la seguridad del sistema se ejecutaron una gran cantidad de simulaciones de navegación en el archipiélago toscano, a una velocidad de crucero lento, en viajes de tres días, dos noches, propulsados 100% por energía eléctrica, sin utilizar combustible fósil.
En sus proyectos contempla dos visiones muy particulares, por una parte, el despliegue de una gran superficie de paneles solares, y por otra, desplegar una vela retráctil para utilizarla cuando las condiciones de viento sean favorables.
Los paneles solares retráctiles quedan totalmente ocultos bajo un doble fondo en las superficies de la cubierta en el caso de la “Ibrida 77” pero el modelo “Ibrida 100” desarrolla un complejo sistema de plegado de paneles solares. Uno de ellos, permite situarse en posición vertical y aprovechar el impulso del viento de popa, o situarse horizontal cuando el viento no es favorable. Además de los paneles solares ambas embarcaciones cuentan con un importante pack de baterías para almacenar la energía producida y alimentar los dos motores eléctricos de 100 y 180 kW, respectivamente.
Un aspecto clave del diseño
Sin lugar a dudas el aspecto más importante que se ha tenido en cuenta, tanto en el estudio, como en el diseño, es la accesibilidad a la embarcación y la circulación en la cubierta y el interior de la embarcación con amplios pasillos y la ausencia de escalones que permiten la libre circulación sin obstáculos. Pero lo que realmente marca la diferencia en el diseño de estas dos embarcaciones es la plataforma de baño que actúa como plataforma de acceso a la embarcación y como ascensor.
Mientras el barco está amarrado, la plataforma despliega una pasarela que contacta con el muelle permitiendo el acceso de un vehículo pequeño o cualquier tipo de vehículo eléctrico para personas con movilidad reducida, que; además, puede ser guardado en la bodega-garage. La misma plataforma puede ser utilizada como ascensor y elevar una silla de ruedas, personas, objetos, etc. a cada una de las cubiertas, inclusive al flybridge.