Conseguir una eficiencia energética en los diferentes motores puede llegar a ser un aspecto fundamental dentro de ciertos sectores de vehículos, ya sean aviones, coches o barcos. Es por ello que desde la firma sueca especialista en propulsión marina Candela han apostado fuerte sobre este aspecto y, según han confirmado, actualmente poseen el motor eléctrico fueraborda más eficiente producido.
Este motor eléctrico tipo fueraborda, tiene por nombre C-Pod y es capaz de cumplir con todas las exigencias posibles para una mecánica ideal con la que pasar nuestro día en medio del mar. Completamente silencioso, sin cambios de aceite o costosos mantenimientos, con una larga vida útil y con un nivel máximo de potencia de empuje. ¿Qué es lo único que faltaría aquí? Correcto, la eficiencia energética, y el C-Pod cumple este requisito con creces.
Este es capaz de desarrollar una potencia inicial de 50 kW (67 CV), cifra que, dependiendo del momento concreto de aceleración puede incrementarse paulatinamente (la marca no ha especificado potencia pico). Este motor es capaz de mover embarcaciones de 8 metros y medio, con capacidad para hasta 12 ocupantes, a una velocidad máxima de 55 kilómetros por hora, unas cifras más que considerables. Si precisamos de más potencia, para barcos de hasta 30 ocupantes, la compañía monta dos C-Pod unidos. Este novedoso motor tiene como finalidad principal el instalarse en barcos con diseño tipo hidroala como el Candela C-7 o el Candela P-12, en el que alcanza una autonomía de casi 100 kilómetros a una velocidad constante de 40 km/h.
Motor eléctrico fueraborda Candela C-Pod.
Una de las claves principales del C-Pod es su capacidad de no calentarse. El estar sumergido bajo el agua proporciona un refrigerante natural que es más que bienvenido. Gracias a este detalle, la empresa pudo aumentar la potencia del mismo a través de incrementar las revoluciones de giro del propio motor, algo que por lo general no sería del todo conveniente debido al calentamiento que esto provoca, pero que aquí se palia notablemente gracias al agua que lo rodea.
Su tamaño es considerablemente reducido y su diseño es en forma de torpedo. Bajo su carcasa se esconden un par de motores que van directamente conectados a dos hélices contrarrotantes gemelas. Esta arquitectura generalmente no es posible, precisamente por los niveles de temperaturas que puede llegar a alcanzar. En el caso del C-Pod, la potencia de refrigeración es prácticamente ilimitada.
Pero no sólo gracias a su diseño gana en el apartado del posible sobrecalentamiento, sino que también se reduce considerablemente el poco sonido que podría provocar debido, en parte, diseño altamente aerodinámico, y a que todas sus partes móviles se encuentran sumergidas bajo la línea de flotación. En esto último juega un papel fundamental el prescindir de un sistema de transmisión. Incluso si circulamos a la velocidad máxima de 30 nudos (55 km/h) el sonido de la mecánica será imperceptible, nada de traqueteos o sonidos extraños aquí.
Un último factor a tener en cuenta es su número mínimo de piezas móviles que guarda en su interior, algo que repercute directamente en unos requisitos de mantenimiento mucho más bajos que en un motor de combustión tradicional, gracias a lo cual, la empresa garantiza un intervalo de servicio de más de 3.000 horas.