Ante todo, Santiago Lange es deportista de alto nivel con tres medallas olímpicas en vela, dos bronces y un oro. Además de las campañas olímpicas ha navegado en casi todo tipo de embarcaciones de regata y cosechado un sinfín de trofeos con diferentes tripulaciones de diferentes partes del mundo. Es una persona apreciada por su conocimiento, pero más aún por su calidad humana y reconocido por ser tenaz ante sus objetivos. A tal punto que ni siquiera la enfermedad más temida por la humanidad pudo con su determinación y para demostrarlo, a los 54 años, 10 meses después de una intervención quirúrgica, cerró su herida con una Medalla de Oro en la Clase Nacra, junto a Cecilia Carranza, en los Juegos Olímpicos de Río, en 2016.
Su relación con el mar continúa en tierra como arquitecto naval y como tal, desempeñó su labor con diseñadores del más alto nivel, como German Frers o Juan Kouyoumdjian.
Con tantos años en el mar es evidente que ha visto su deterioro y es consciente de la necesidad de un cambio y su aporte a este cambio son sus últimos diseños enfocados a la navegación sostenible que nos explica en esta entrevista.
Pregunta: ¿Dónde nace la idea conceptual del SL42?
Respuesta: Yo viví en un barco con mis hijos durante cuatro años, un barco de 1940 diseño de un francés, Le Pujol, son barcos que se denominan semi-planing, una forma de casco que se inventó para las torpederas de la segunda guerra mundial. Son barcos finitos y largos.
En el diseño actual de las motoras cada vez se busca que, para la misma eslora, tenga más cosas y cada vez tienen más manga, y además la gente busca velocidad, por lo que se fueron construyendo barcos planeadores y más rápidos. Lo que pasó fue que terminaron diseñando barcos para navegar a 25 nudos, pero los canales del Delta, donde yo vivo en Argentina, no permiten ir a 25 nudos. Entonces navegan a 18 nudos haciendo una ola tremenda, rompiendo la costa y contaminando muchísimo.
Yo, de navegar con el barco en que vivía, me di cuenta del placer de navegar un barco de semi-planing. Es hermoso porque da la posibilidad de planear, pero también da la posibilidad de navegar sin planear; pero, cortando el agua de forma eficiente y eso yo lo siento, eso es lo diferente. Con un barco plano mangudo, con mucha resistencia, haciendo ola, contaminando… no me da satisfacción.
Cuando terminé la Copa América en San Francisco, en la que estuve muy involucrado con el equipo de diseño de “Juan K” (Juan Kouyoumdjian) y conocí muchos diseñadores, pensé: Como hobbie voy a diseñar esto, un barco de semi-planing, que es básicamente un barco que va a velocidad de desplazamiento o planeando, entre medio no.
SL42: el diseño del casco, con poca manga, favorece la entrada en el agua dejando una estela plana.
P: ¿Y de paso atacar la contaminación?
R: Sí. Empecé a averiguar, encontré un motor híbrido diésel Styer, fabricado en Austria y en modo eléctrico daba 10 hp, muy poco para un barco de 43 pies y casi 8 toneladas. Así que hice mucha investigación junto con Horacio Chakas, Gonzalo Redondo y Adrián Fernandez que es quien se encargó de hacer todos los dibujos, de pasar a plano todo el concepto. Todo como si fuese un barco a vela, hicimos las líneas de agua lo más eficientes posible y logramos que el barco navegue a 6 nudos que era la velocidad mínima que yo como velerista me había propuesto. Al final, con 6 nudos es posible hacer una distancia de 25 millas si estás disfrutando de esa distancia. Finalmente, después de muchas interacciones, logramos hacer un barco que, con 10 hp, navegue a 10 nudos, ese fue el desafío de diseño y nuestro logro.
Se construyeron dos barcos en Argentina y el primer dueño prácticamente no lo utiliza en diésel, siempre en eléctrico y la sensación es apasionante.
P: ¿Además de no contaminar has encontrado más ventajas con esta propulsión?
R: Para mi hay un gran futuro en los motores eléctricos porque yo concibo estar en el mar en silencio y entonces la sensación de largar las amarras y que no haya ruido, y después cuando te deslizas por el agua, sentir el ruido del agua en el casco, es incomparable. Me parece que es algo que el mercado y la industria tiene que investigar, además de la ecología, la sustentabilidad y muchas otras cosas.
El diseño interior es simple, aireado y con visibilidad 360 grados.
P: ¿El barco que está en Europa es igual al de Argentina?
R: No. El barco que está en Europa, en Suiza, es 100% eléctrico, recargable conectado en la amarra o mediante un generador. Te tengo que decir que estoy feliz de haber hecho un barco eléctrico. Tiene motor alemán Torqeedo con batería BMW y es caro, para hacer un barco que tenga buena autonomía y lograr una velocidad importante, todavía falta mucho, este barco es la punta de lanza. Estamos muy contentos porque hemos logrado un barco que navega a 17 nudos y con una autonomía de 30 horas navegando a 8 nudos y es fascinante navegarlo.
P: ¿También tiene placas solares?
R: No. Este barco no tiene placas solares porque lleva generador. Yo creo que es muy importante saber para qué quieres el barco, cómo lo vas a utilizar. Creo que hoy, si quieres algo económico y eficiente, si vas a una velocidad baja, es muy fácil llegar a los objetivos en todos los sentidos. Si consideras que la velocidad máxima va a ser 8 nudos porque ya has entrado en el concepto que vas a disfrutar del viaje y no tienes porqué ir rápido, es muy fácil, inclusive puedes prescindir de tener un generador.
P: ¿Qué sensación te dio navegar en un lago?
R: En el barco que está aquí, salimos de Ginebra y fuimos hasta Francia que son más o menos dos horas y fuimos charlando, porque lo lindo que tiene el motor eléctrico es que puedes disfrutar del viaje, no es lo mismo que ir con un motor diésel que no puedes hablar del ruido que hay y que solo tienes ganas de llegar apagar el motor y fondear. Esa sensación… yo estoy enganchado. Cuando dejo mis actividades náuticas de competición, investigo y quiero seguir diseñando barcos eléctricos, o híbridos. Creo que la solución híbrida es espectacular porque da las dos versiones, es más acorde a donde está la tecnología hoy, es más acorde de precio y puedes ir a 8 nudos en silencio. Y si estás apurado porque te quedaste más tiempo en el lugar que querías, porque querías, pones el diésel y en el caso del motor Styer es un barco que da muy buenas prestaciones, tienen muy poca vibración, prácticamente si emisión de gases, es un motor diésel silencioso, de muy alta gama y con esta combinación llegamos a los 19 nudos.
La cocina exterior integra el puesto de mando y el área social.
P: Aparte de las líneas de casco y la motorización, ¿cómo es el diseño interior?
R: Tiene el concepto de un barco con mucha madera y como en principio lo diseñé para mí, es un diseño muy minimalista y de muy fácil manutención. Es minimalista porque me gusta a mí, pero también porque creo en invertir en diseño para después ahorrar por otro lado, entonces el barco es muy sencillo. El casco, la cubierta y el techo son de plástico, todo hecho en infusión, y esto lleva a tener un mantenimiento muy bajo. Y el interior está todo hecho en madera porque a mí no me gustan los barcos de plástico y quería darle esa calidez, armonía, paz, que da la madera y creo que conjugó muy bien con el motor eléctrico porque todo hace un ambiente muy Zen.
Por otra parte, esto nos permite que cada propietario puede darle hacer el interior como quiera, como tenemos casco y cubierta, por un lado, y techo de la cabina por otro, da la posibilidad de personalizarlo al máximo.
P: ¿Pero ambos barcos se construyeron en Argentina?
R: El barco que está en Suiza, se construyó la parte de plástico y la carpintería en Argentina, que también hay muy buenas maderas. Se dejó el barco cableado y se instaló todo lo que es sistemas en Suiza, que hicieron un gran trabajo.
Bajo la cubierta de proa se ha dispuesto una cama doble, un escritorio y un sofá que se convierte en dos literas.
P: ¿Seguirás construyendo en Argentina?
R: Ahora, a través de haber terminado de construir este barco en Suiza ha despertado el interés. El barco gustó muchísimo, la estética, todo. Como es un day sailer está diseñado de modo que la cocina es exterior y puedes estar más en contacto con el mar o el lago y no está metido dentro, es muy amplio, el lugar de vivir tiene 9 metros. Y Como gustó mucho y la lancha también, la verdad que tengo varios interesados en empezar este proyecto y de a poquito iremos haciendo.
El barco es para vivir el exterior, pero también tiene un interior habitable que permite pernoctar con comodidad. Tiene una cama en proa y un sofá que se convierte en dos literas, pueden dormir 4 personas. El dueño actual hizo sus vacaciones de 15 días con su familia.
P: ¿Y después de este barco que vendrá?
R: Ya estamos desarrollando una lanchita E-Delta 630, eléctrica que navegará a 10 nudos. Podría navegar a 19 o 25 nudos, pero la tecnología eléctrica de hoy nos da para hacer navegar esta lancha a 10 nudos con paneles solares, muy buena autonomía, y a un precio muy bueno.
El diseño es muy sencillo, de estilo retro con mucha madera porque a mí me gusta mucho la madera. La cubierta es muy limpia y lo que hicimos de especial y que a mí me gusta mucho, es que le hemos puesto un techo abatible con los paneles solares que, cuando llegas a puerto se baja a ras de cubierta y el barco ya queda tapado, cubierto y protegido, no hay que cubrirlo con una lona como a cualquier lancha.
La particularidad de la E-Delta 630 es el techo abatible que se baja para cerrar la embarcación si necesidad de carpa.
P: ¿El diseño se ha convertido en tu principal trabajo?
Mi trabajo es ser deportista de alto rendimiento, con Cecilia (Carranza) ya estamos clasificados para los JJOO de Japón. Entonces voy avanzando de a poco, me gusta mucho diseñar este tipo de barcos.
P: ¿Pero más te gusta navegar…? (risas)
R: No, no, bueno, sí. ¡Sinceramente más me gusta navegar! Y hoy estoy mucho más motivado para diseñar barcos de motor que veleros porque además, siento que como estoy tanto tiempo navegando en veleros prefiero salir en un crucero, a pesar de esta mística que hay entre cruceristas y veleristas. Yo tengo claro que si tengo que pasar el día en el mar prefiero no izar una vela y más si puedo ir en silencio.