La empresa Torqeedo ya es conocida por navegantes de todo el mundo, pero su campo de actuación va más allá de las embarcaciones de recreo. En este caso en colaboración con la empresa irlandesa XOCEAN han equipado un USV, una nave de superficie no tripulada. Se trata de una embarcación marina que opera en la superficie del agua sin una tripulación físicamente a bordo, en este caso un catamarán de perforación de ondas compuestas diseñado a medida.
A diferencia de un ASV, vehículo de superficie autónomo, un USV está controlado en todo momento por un operador humano que toma decisiones, por ejemplo, para evitar un abordaje. Los buques de superficie autónomos (ASV) no requieren un operador humano y en su lugar dependen de sensores y algoritmos para tomar decisiones.
Esta embarcación está impulsada por un par de motores eléctricos Torqeedo Cruise 2.0, con una batería de iones de litio Power 24-3500 y un microgenerador ligero. Los paneles solares en la cubierta proporcionan una eficiente recarga durante las horas de luz. El microgenerador hace que el equipo no sea 100% libre de emisiones, pero el consumo es muy bajo y en relación a un barco "normal" de prospecciones es incomparable.
La embarcación carece de timón, pero al ser un catamarán posee un motor por casco y esto le permite cambiar de dirección como lo haríamos en una maniobra de ciaboga. En proa cuenta con un par de motores fueraborda Torqeedo Ultraligero que permiten un control más efectivo.
Según XOCEAN, la autonomía del USV XO-450 es de 1.500 millas, aproximadamente 18 días de misión trabajando 24 horas los 7 días de la semana. Cuando están en marcha, las naves sin tripulación son controladas remotamente por pilotos calificados desde el centro de operaciones de XOCEAN, que también se monitorea el estado de la batería y la calidad de los datos que se están recolectando. El transceptor satelital de banda ancha a bordo proporciona una conectividad continua. Actualmente la compañía tiene ocho XO-450 operativos y cuatro más que están en construcción.
Recientemente una de las unidades completó una misión pionera de recolección de datos del fondo marino en la explotación de gas natural Ormen Lange, en la costa de Noruega. Después de navegar durante 160 millas desde Kristiansund, pasó 12 horas recuperando datos usando un sistema acústico de 30 sensores que miden y registran datos de presión, temperatura e inclinación en el fondo marino a una profundidad de entre 800 y 1.100 metros y regresó a puerto en poco más de 3 días. Al utilizar un transceptor acústico para recuperar los datos a través del agua de forma inalámbrica, la baja emisión de sonido de los motores eléctricos Torqeedo fue un elemento clave en el éxito de la misión, según XOCEAN.