La Ruche à Vélos es una startup francesa que ha presentado en el CES de Las Vegas de este año, celebrado de forma virtual, un aparcamiento automático para bicicletas seguro y ordenado, que evita los robos, permite que el usuario se despreocupe de ella y, en el caso de las eléctricas, recarga su batería. El prototipo de esta colmena de bicicletas (la traducción al español de "La Ruche à Vélos") es una torre de 24 m2 de superficie que es capaz de albergar 50 bicicletas dentro de sus paredes. Un sistema automatizado e invisible para el usuario, recoge la bicicleta en una esclusa y la traslada al interior, lo que supone además una optimización del espacio.
Cada año, solamente en Francia, se producen 400.000 robos de bicicletas lo que supone un obstáculo para que los ciudadanos elijan este medio de transporte para su día a día. Con el incremento de la oferta de bicicletas eléctricas, más costosas que las convencionales, los usuarios requieren un extra de seguridad para prevenir estos robos. Ni los candados más grandes, ni los sistemas electrónicos de rastreo por GPS más modernos ofrecen toda la seguridad a los propietarios de una bicicleta de que cuando vuelvan a recogerla siga estando allí donde la dejaron.
Además, el problema que les surge a los administradores de la ciudad es que para habilitar aparcamientos para las bicicletas deben dedicar una media de 1 m², lo que supone suprimir una plaza de aparcamiento para coches, lo que acaba generando atascos. La única solución es, por lo tanto, apilar las bicicletas.
La empresa tiene como objetivo cambiar la experiencia del estacionamiento de bicicletas eléctricas y bicicletas urbanas ofreciendo la comodidad y seguridad que necesitan los ciclistas. Para ello, ha patentado una solución destinada a ciudades y promotores inmobiliarios que consiste en un aparcamiento vertical en forma de torre automatizada, cuyo principio de funcionamiento es similar al que se emplea en las máquinas expendedoras de bebidas. El prototipo diseñado permite estacionar 50 bicicletas en 24 m2, cuando las soluciones más eficientes que se han instalado en Francia basadas en aparcamientos horizontales permiten aparcar 16 bicicletas en ese mismo espacio.
Esquema de funcionamiento del prototipo de aparcamiento vertical de bicicletas de La Ruche à Vélos.
La solución se combina con una aplicación para los usuarios, y otra para el operador, que le permite gestionar su funcionamiento, incluidas las tarifas del aparcamiento. Una vez que el usuario se ha registrado en el sistema a través de una aplicación móvil, el tiempo que necesita para dejar o recuperar la bicicleta en este aparcamiento es de 30 segundos. Esta se sitúa en un punto seguro que da acceso a un hall de entrada que se abre para iniciar el proceso. Allí coloca el ciclista su bicicleta en un riel con un tapón de bloqueo. A continuación, la puerta se cierra y el sistema verifica si no hay nadie adentro para mayor seguridad. Finalizado el proceso la bicicleta se coloca en su área de estacionamiento gracias a un sistema robotizado.
Para el caso de las bicicletas eléctricas, el aparcamiento dispone de pequeños cubículos a los que solo accede el usuario, que incluyen un enchufe convencional, en los que es posible dejar las baterías recargándose. Estos habitáculos también permiten dejar en su interior un patinete eléctrico, que a la vez también puede recargarse. De esta forma el aparcamiento es perfectamente seguro puesto que es inaccesible para el público.
Primera aplicación
La empresa Ruche à Vélos fue creada en Nantes en enero de 2020 por Maël Beyssat, Antoine Cochou y Guillaume Chaumet. "Empezamos a trabajar en este proyecto durante nuestros estudios universitarios. Nos dimos cuenta de que cada vez se compraban más bicicletas eléctricas y modelos de alta gama, lo que también significaba más expectativas de seguridad para sus propietarios. Había falta de espacio en las ciudades y no se ofrecía mucho estacionamiento seguro", explica Antoine Cochou, director de marketing de la startup francesa.
La campaña de crowdfunding que se abrió en la plataforma Ulule ha permitido la instalación de un primer aparcamiento piloto en la estación de la ciudad francesa de Angers, que comenzó a operar en septiembre del año pasado. A partir de marzo y durante nueve meses, la ciudad operará diez estacionamientos de tres pisos cada uno.
"Podemos crear boxes con 35 a 150 plazas de aparcamiento cada uno". El coste de una unidad de 62 plazas situadas en cinco plantas ronda los 200.000 €, asegura Cochou. La empresa también ofrece soluciones de mantenimiento y se encarga de gestionar las ayudas para las ciudades.
En 2021, está prevista la instalación de otras cuatro unidades en ciudades del oeste de Francia. El objetivo de la empresa es desplegar hasta 20 unidades de estos aparcamientos en toda Francia en 2023.