En los últimos años, los problemas en el suministro generados por la pandemia del coronavirus y la preferencia por acercar la producción al mercado han facilitado la creación de nuevos centros de fabricación de bicicletas en países como Bulgaria, Portugal o Rumania. ¿Cómo afecta esto a los países tradicionalmente reconocidos por su industria ciclista dentro de la UE? Una investigación de Bike Europe se centra específicamente en España, donde tienen sus raíces grandes nombres como Orbea o BH Bikes.
La alta calidad de las bicicletas producidas en España en los últimos años es el motivo por el que ha logrado ganar terreno en diversos mercados, no solo en los tradicionalmente más importantes como Alemania, Austria o Suiza, sino también en prácticamente todos los países de la Unión Europea.
La producción de bicicletas en 2023 es un indicador de futuro
Según Jesús Freire, secretario general de la Asociación de Marcas y Bicicletas de España (AMBE), en 2021. El valor de la producción de los fabricantes españoles de bicicletas aumentó un 75,1% respecto al año anterior, alcanzando los 248,8 millones de euros. En 2022, superó ligeramente este récord en un 2,8% (255,8 millones de euros). AMBE estima que estas cifras representan un volumen de producción de 353.000 unidades (un incremento del 6,1%).
Estos espectaculares registros históricos no serán superados en 2023 ni en valor ni el volumen. Por ahora, los datos disponibles solo abarcan de enero a octubre, reflejando un total del mercado de 219,6 millones de euros. Aun así, los resultados son ya excepcionales y, por lo tanto, Freire también se muestra optimista respecto al futuro. El valor de producción y también el volumen en estos 9 meses ya son un 54,5% más altos que en 2020 (142,1 millones de euros), el año anterior al coronavirus.
El avance de los fabricantes españoles de bicicletas en el mercado de la Unión Europea se atribuye, en parte, al auge de las bicicletas eléctricas y al aumento de la competitividad, al haber incrementado sus inversiones en I+D y fabricando productos de mayor calidad. El resultado de esta tendencia es el incremento del empleo, la creación de nuevas empresas y el desarrollo en las ventas de bicicletas urbanas para uso diario.
El mercado de la exportación
En 2021, las exportaciones españolas de bicicletas alcanzaron un valor de 189,44 millones de euros. Un año después, en 2022, ascendía a 318,65 millones de euros, un aumento del 68,2%. En 2023, el primer año después del coronavirus, el valor de exportación de los tres primeros trimestres (enero a septiembre) fue de 214,49 millones de euros.
La cifra total de 2023 terminará por debajo del récord alcanzado en 2022. Sin embargo, para contextualizar el valor de las exportaciones del año pasado, en septiembre de 2023 ya superaba la cifra correspondiente a enero-diciembre de 2021. Esto indica que los productos de los fabricantes y marcas de bicicletas españolas se mantienen en el mercado de la Unión Europea.
El mercado interno que hay que explotar
A largo plazo, las perspectivas son positivas para los fabricantes nacionales. Esto se debe no solo a la exportación a la UE, sino también al mercado interno. Resultan especialmente beneficiosas las inversiones específicas, tanto nacionales como internacionales (de la UE) para crear una infraestructura ciclista para el uso diario de la bicicleta
Un aspecto importante a considerar es que, al contrario que en otros países europeos, el ciclismo en España sigue siendo predominantemente percibido como un deporte más que como un medio de transporte, como lo demuestran los numerosos ciclistas de montaña y, especialmente, los ciclistas de carretera que salen a entrenar cada fin de semana.
Según indica Bike Europe, solo hay algunas ciudades en el País Vasco donde las bicicletas (eléctricas) se utilizan a diario de manera similar a como ocurre en el norte de Europa. Aunque España está en proceso de recuperación, todavía se encuentra rezagada en comparación con el norte de Europa en términos de uso habitual de la bicicleta.
No obstante, esto también implica que España tiene un gran potencial a largo plazo. Muchas de las principales ciudades del país se enfrentan a problemas graves de congestión de tráfico y de aparcamiento, sobre todo en el centro de las ciudades. Aunque el transporte público ayuda, no es suficiente. Con una red de carriles bici práctica y funcional, se facilitaría la adopción de una nueva movilidad en bicicleta en el centro de las ciudades.
El incremento de venta de bicicletas de corte urbano, los numerosos sistemas de alquiler por tiempo implementados en diferentes ciudades o el sorprendente número de patinetes eléctricos adquiridos para su uso privado muestran un cambio de tendencia. Demuestran a la sociedad española lo que la industria puede brindarles.